Esta práctica, en la que los usuarios se inyectan la sangre de personas que ya están intoxicadas, alimenta una de las epidemias de VIH de más rápido crecimiento en el Pacífico y se ha extendido por Sudáfrica. Navegación de entradas Los incendios forestales ya arrasaron más de 2.000 hectáreas en el norte de Salta y el fuego sigue fuera de control ¿Qué pasó con Arturo Gatti Jr.? Dolor y misterio por la causa de muerte de la joven promesa del boxeo