El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Aragchi, ha mantenido una serie de llamadas telefónicas este martes con sus homólogos de Francia, Jean-Noel Barrot, de Alemania, Annalena Baerbock, y de Reino Unido, David Lammy, tras el lanzamiento de más de doscientos misiles contra territorio israelí en represalia a las muertes del líder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniye, y del secretario general del partido-milicia chií libanés, Hasán Nasralá.

El jefe de la diplomacia iraní ha señalado a sus pares la «moderación» de la República Islámica «durante más de dos meses» tras la muerte de Haniye en un ataque en Teherán achacado a Israel y tras «la continuación de la guerra de este régimen en Gaza y su expansión hacia Líbano», según un comunicado publicado por la cartera ministerial.

«Irán solo ha utilizado su derecho a la legítima defensa basado en el Artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas y ha atacado exclusivamente las bases militares y de seguridad del régimen sionista. La operación ha terminado, pero si el régimen sionista intenta tomar represalias, nuestra respuesta será más severa», ha aseverado.

Además, ha asegurado que Teherán no pretender aumentar las tensiones regionales hasta provocar una guerra, a la que sin embargo «no teme», y ha advertido sobre la implicación de terceros países en el conflicto.

Por último, Aragchi ha instado a todos los países a continuar con sus esfuerzos de cara a establecer un alto el fuego y a «evitar los ataques del régimen sionista y una mayor escalada de las tensiones».

Poco antes, tanto Alemania como Francia y Reino Unido se han pronunciado contra los ataques de Irán y han defendido el derecho de Israel a defenderse de los mismos.