Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han revelado imágenes de sus recientes operaciones en territorio libanés, donde han lanzado una ofensiva terrestre en el sur del Líbano como parte de su campaña contra el grupo terrorista Hezbollah.

Desde el inicio del conflicto, las FDI han llevado a cabo más de 70 pequeñas incursiones con fuerzas especiales, destruyendo posiciones estratégicas del grupo terrorista, así como túneles y un arsenal de armas que podrían haberse utilizado en ataques contra Israel. Según las FDI, estas operaciones han alcanzado alrededor de 1.000 emplazamientos de Hezbollah, algunos de ellos a varios kilómetros de la valla fronteriza, dentro de aldeas y áreas boscosas.

Las imágenes presentadas por las FDI muestran la magnitud de sus operaciones, que han incluido incursiones casi indetectables desde el comienzo de la guerra con Hamas. Los comandos israelíes han logrado desplazar a la fuerza de élite Radwan de Hezbollah, lo que ha permitido llevar a cabo estas acciones sin enfrentamientos directos.

Sin embargo, las evaluaciones de las FDI advierten que aproximadamente 2.400 miembros de Radwan, junto con otros 500 terroristas palestinos de la Yihad Islámica, permanecen en el sur de Líbano, preparados para atacar Israel tras la ofensiva de Hamás del 7 de octubre.

Las imágenes también destacan la variedad de armamento recuperado durante estas incursiones, que incluyen fusiles de asalto, ametralladoras, misiles antitanque y otros equipos militares. Aunque lo encontrado representa menos del 1% del arsenal de Hezbollah, las FDI han logrado llevar a cabo operaciones que se extienden de tres a cuatro días, totalizando aproximadamente 200 noches de actividad.

Con el objetivo de desmantelar la infraestructura de Hezbollah, las FDI han comenzado incursiones más amplias y menos sigilosas, buscando asegurar que el grupo no regrese a la región tras la operación.

A pesar de sus éxitos, las FDI han reconocido que sus operaciones no son suficientes para lograr su objetivo principal: facilitar el regreso de los residentes desplazados del norte de Israel a sus hogares.

Para lograr esto, las FDI han lanzado lo que describen como “incursiones limitadas, localizadas y selectivas” en el sur del Líbano, que involucran a toda una división militar. Estas operaciones tienen el mismo objetivo de desmantelar la infraestructura de Hezbollah, pero con la ventaja de que el ejército puede actuar de manera menos sigilosa y más contundente, destruyendo redes de túneles y otros objetivos que las pequeñas fuerzas no podían alcanzar anteriormente. A diferencia de las incursiones silenciosas, ahora el ejército israelí puede llevar a cabo ataques desde el aire después de que las tropas se hayan retirado.

Los oficiales militares han subrayado que su intención es que la ofensiva sea lo más breve posible, estimando que podría durar solo unas pocas semanas. Las FDI no planean permanecer en el sur del Líbano, sino que buscan reforzar las defensas y vigilancia en la frontera una vez completada la operación. Además, los militares ven una oportunidad de cambiar el equilibrio de poder en Líbano, permitiendo que el gobierno recupere el control de áreas, especialmente en el sur, que actualmente están bajo la influencia de Hezbollah, un grupo respaldado por Irán.

Sin embargo, las FDI han señalado que Hezbollah aún posee la capacidad de disparar cohetes y misiles, como quedó evidenciado en un ataque reciente que resultó en dos heridos en el centro de Israel. Los funcionarios militares afirmaron que no se busca “vaciar el océano” ni eliminar cada cohete, sino desarmar al grupo terrorista en la medida de lo posible. A pesar de los avances en la ofensiva, la situación sigue siendo volátil y la posibilidad de un conflicto prolongado continúa latente.