FOTO DE ARCHIVO. El CEO de Meta, Mark Zuckerberg, pronuncia un discurso en el evento Meta Connect en la sede de la compañía en Menlo Park, California, Estados Unidos. 27 de septiembre de 2023. REUTERS/Carlos Barria
El CEO de Meta, Mark Zuckerberg, es una de las personas más ricas del mundo. (REUTERS/Carlos Barria) (CARLOS BARRIA/)

Bill Gates, Barack Obama, Mark Zuckerberg, Elon Musk… Son muchos los nombres que vienen a la mente cuando se habla de personas multimillonarias que saben lo que es el éxito. Cada uno de ellos suele aplicar un método que le funciona y que le permite ser más productivo. Y es que estos han hecho de sus negocios una inversión triunfadora. De ahí que convenga conocer la famosa regla de las cinco horas que sigue algunas de las personas más ricas del mundo y que tiene como eje principal el aprendizaje.

En la mayoría de ocasiones, la clave para triunfar implica un cambio de hábitos y, por ende, de vida. “Las personas exitosas reservan al menos una hora al día o 5 horas a la semana para actividades que pueden clasificarse como prácticas deliberadas de aprendizaje”, ha asegurado el fundador de Empact, Michael Simmons. De hecho, tal y como recoge la investigación de Thomas Corley, autor del bestseller Cambia tus hábitos, cambia tu vida, la mayoría de personas exitosas apenas ven la televisión. Estos, en cambio, prefieren invertir su tiempo en leer libros, blogs, o escuchar podcasts que les permiten aprender algo.

Hace tiempo que la ciencia demostró que el aprendizaje tiene un sinfín de beneficios, puesto que durante el proceso, se activan partes del cerebro que se vinculan al sistema de recompensa. Además, se genera algo vital: dopamina, una hormona que impulsa para perseguir y alcanzar metas. Por eso es tan importante la regla de las cinco horas que ejecutan multimillonarios de la talla de Bill Gates, Mark Zuckerberg o Elon Musk.

En qué consiste la regla de las cinco horas

Bill Gates portada
Para Bill Gates, el aprendizaje juega un papel principal en el éxito.

La regla de las cinco horas se basa en dedicar cinco horas semanales al aprendizaje deliberado. Aunque a simple vista no parezca un factor que impacte directamente en la productividad, diversos estudios señalan lo contrario. Según la ONU, quienes cultivan su curiosidad y aprenden constantemente no solo fortalecen su memoria y desarrollo cerebral, sino que también adquieren la capacidad de aprender de manera más rápida con el tiempo.

Además, la Universidad de Harvard destaca que el aprendizaje tiene un impacto positivo en el bienestar mental, lo que se traduce en mejoras en la cognición, la concentración y la memoria, así como en un razonamiento más claro. Estos beneficios permiten que las personas trabajen de manera más eficiente, incrementando su productividad.

El tipo de conocimiento adquirido no es lo importante; lo fundamental es el acto de aprender. Ya sea estudiar un nuevo idioma, leer artículos científicos o ver documentales sobre diversos temas, el aprendizaje en sí mismo es lo que genera mejoras significativas en el rendimiento.

La mejor forma de aplicar la técnica en el día a día

(Imagen Ilustrativa Infobae)
La regla de las cinco horas sugiere invertir parte del tiempo en la lectura. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Conciliar el aprendizaje con una rutina llena de compromisos puede parecer un desafío cuando las jornadas laborales superan las ocho horas y hay que atender también la vida familiar. Sin embargo, es posible incorporar la regla de las cinco horas en el día a día con algunos ajustes.

Si se dispone de 24 horas en el día y se destinan siete para dormir y ocho para trabajar, quedarían nueve horas. De estas, una podría dedicarse a tareas del hogar siguiendo la regla de los dos minutos, dos horas más para las comidas y otras dos para hacer ejercicio. Así, restan unas cuatro horas de tiempo libre, siempre que no haya responsabilidades adicionales.

Es precisamente en este espacio donde se puede aplicar la regla de las cinco horas, sugiriendo modificar ligeramente la manera de aprovechar ese tiempo. No se trata de renunciar por completo al ocio, como ver series, sino de reducir una o media hora para dedicarla a la lectura, por ejemplo. Si falta motivación, se pueden explorar retos literarios o apagar la televisión 45 minutos antes de dormir para leer un ensayo que aporte nuevos conocimientos.

Otra opción es aprovechar los momentos “muertos”, como el trayecto al trabajo o el tiempo en el gimnasio, para escuchar un podcast. Aunque muchas personas ya realizan este tipo de aprendizaje de manera espontánea, el objetivo es ser más conscientes y dedicar al menos cinco horas semanales a estas actividades formativas.