El Kremlin ha dado por hecho que la OTAN seguirá «en la misma dirección» pese al final del mandato de Jens Stoltenberg y la incorporación de Mark Rutte como nuevo secretario general, indicando que no espera «nada nuevo» por parte de una alianza a la que Rusia sigue viendo como un riesgo para su propia seguridad.

El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, no prevé que haya giro alguno en el seno de la OTAN, pese a que sí ha señalado que, durante su etapa como primer ministro de Países Bajos, Rutte llegó a pasar «más de una hora» negociando con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Moscú incluso llegó a pensar en tener «relaciones buenas y pragmáticas» con Países Bajos, pero finalmente lo descartó ante la posición «irreconciliable» de la parte neerlandesa. «Una posición de exclusión total de cualquier contacto», ha explicado Peskov ante los medios, según agencia Interfax.

Rutte ha tomado posesión este martes como nuevo secretario general de la OTAN, en una simbólica ceremonia en la que ha recogido de manos de Stoltenberg el testigo de una organización que agrupa a 32 países. Los dos últimos en sumarse, Suecia y Finlandia, tomaron la decisión precisamente tras la inicio de la invasión rusa sobre Ucrania.