La ingeniera industrial residía en el último piso del edificio Ambar 66, en el norte de Barranquilla - crédito FincaRaiz
La ingeniera industrial residía en el último piso del edificio Ambar 66, en el norte de Barranquilla – crédito FincaRaiz

Katherin Ramos, una ingeniera industrial de aproximadamente 30 años, falleció trágicamente al caer desde el octavo piso de un edificio en el barrio Boston, en el norte de Barranquilla.

El incidente ocurrió la mañana del miércoles 25 de septiembre y, según información de las autoridades, la mujer estaba junto a su bebé recién nacido.

Cuentan los testigos del hecho que Ramos tenía en brazos a su bebé de un mes al momento de caer, quien fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos de un centro asistencial de la ciudad. Sin embargo, se pudo establecer que la pequeña falleció minutos después del grave incidente.

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Vecinos del conjunto residencial donde vivía la víctima concordaron en que Ramos presentaba síntomas de depresión posparto, una condición que podría haber influido en el trágico suceso. Esta hipótesis está siendo investigada por las autoridades de Barranquilla y ya cuenta con el testimonio del compañero sentimental de la ingeniera industrial que confirmaría su estado mental.

Sin embargo, las autoridades también manejan otra hipótesis que concluiría que Katherin estaba en su ventana tomando el sol cuando perdió el equilibrio y cayó al vacío. En todo caso, la Policía Metropolitana de Barranquilla y la Fiscalía General de la Nación abrieron una investigación para revisar cámaras de seguridad y entrevistar a los testigos.

Escena del crimen- Colombia- CTI Fiscalía
El cuerpo de la mujer fue levantado por forentes del CTI de la Fiscalía – crédito Colprensa

Asimismo, a la unidad residencial Ámbar 66 llegaron unidades del Cuerpo Técnico Investigativo de la Fiscalía para realizar el levantamiento y trasladar el cuerpo de la víctima hasta la sede del Instituto Nacional de Medicina Legal para la respectiva necropsia.

Entretanto, en el departamento del Atlántico hay preocupación por las recientes cifras de suicidio que se han presentado, especialmente entre la población joven. De hecho, Alejandra Moreno Astwood, diputada del departamento, solicitó en las últimas horas a la Procuraduría y la Contraloría General de la Nación que se investigue la gestión de la Secretaría de Salud del Atlántico ante la creciente crisis de salud mental en el departamento, especialmente después de conocerse sobre los intentos de suicidio en la sede norte de la Universidad del Atlántico, donde dos jóvenes intentaron lanzarse al vacío en menos de una semana.

Moreno ha señalado que, a pesar de las medidas de asesoría psicoemocional implementadas por la universidad, estas acciones no son suficientes. Además, la diputada hizo énfasis en la necesidad de intensificar las intervenciones con programas de seguimiento y la inclusión del entorno familiar.

Incluso, Alejandra Moreno solicitó a Secretaría de Salud que actúe y despliegue equipos de psicólogos no solo en hospitales, sino también en colegios y universidades para ampliar la cobertura de la intervención social.

La administración de la institución hizo claridad que se mantiene las medidas para venir que se registren casos de suicidio en el plantel - crédito @udeatlantico/X
La administración de la institución hizo claridad que se mantiene las medidas para venir que se registren casos de suicidio en el plantel – crédito @udeatlantico/X

En su pronunciamiento, Moreno citó varios casos recientes que han conmocionado a la comunidad del Atlántico. Entre ellos, mencionó la muerte de una niña en Luruaco, los intentos de suicidio en la universidad y un hombre que se autolesionó tras atacar gravemente a su pareja en el barrio Siete de Abril.

“La situación actual demuestra que algo no está funcionando bien con el plan de salud mental de la Secretaría de Salud”, afirmó la diputada, subrayando la urgencia de replantear las estrategias de prevención y contención en la región.

Moreno también ha pedido la intervención del Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación, junto con la Superintendencia de Salud, en este asunto. “Es imperativo garantizar el bienestar psicoemocional de nuestros jóvenes”, agregó.

Los intentos de suicidio en la Universidad del Atlántico han generado una profunda preocupación en la comunidad, lo que ha llevado a Moreno a exigir mayor transparencia en el manejo de los recursos destinados a la salud mental. “Es necesario que la Contraloría verifique el uso adecuado de esos fondos”, concluyó.