Isabel Pantoja no tenía una noche fácil este sábado. Después de una gira impresionante por toda España, llegaba a Tenerife el pasado jueves y tenía un enfrentamiento con la prensa que se ha hecho viral por todos lados y por el que ha sido duramente criticada: «¡Cállate ya, imbécil!».

Y es que aunque las salidas de tono por parte de la tonadillera son habituales, llevábamos mucho tiempo sin verla tan enfadada. Un suceso que provocó algún que otro dolor de cabeza, pero del que no ha pedido perdón.

Todas las miradas estaban puestas en el concierto del sábado por la noche y lo cierto es que, como si nada hubiese pasado, la artista salió de blanco impoluto -color poco habitual en ella- y conquistó a su público haciendo su ya conocido recorrido musical.

Isabel contó con la asistencia de su sobrina Anabel, que siempre ha sido un gran apoyo para ella y también con la presencia de una multitud de fans que le arroparon en todo momento… y como no podía ser de otra manera, mandó indirectas encima del escenarios.

Además de los comentarios que suele hacer siempre, la tonadillera se refirió al incidente con la prensa de hace unos días de una manera muy original. Justo cuando hablaba del cariño que siete encima del escenario aprovechaba para mandar una indirecta a los medios de comunicación:

«También me he dicho, cuando se quiere a las personas, sean familia, sean amigos, fans, que tú no conoces nada más que de verlos porque ustedes no sabéis, no tenéis ni idea de lo que… por lo menos yo, una persona ciega aquí arriba, me transmitís ustedes a mí, es increíble. Por eso sé que me quieren. Algo me tenéis que querer. Algo… Yo lo sé , lo percibo», explicaba la artista.

Ahora bien, después de este discurso, Pantoja se mostró más Pantoja que nunca y lanzó el mensaje más subliminal de la noche: «Aquí sí que hablo, aquí», decía señalando el escenario, lugar donde se desenvuelve como nadie.

Pletórica, eso sí, como si nada hubiese pasado… haciendo hincapié en que «he cantado muchas nanas» y en que «van a extrañarme», la tonadillera estuvo entregada a su público durante más de dos horas y se despidió por todo lo alto, cantando a las Islas Canarias.