El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha alertado de que unas 800.000 personas en 29 estados de Nigeria se han visto afectadas por inundaciones hasta septiembre de 2024, lo que «supone una carga adicional» en una región que «lleva una década sufriendo conflictos».

El organismo de Naciones Unidas ha lamentado que «cientos de miles de personas necesitan ayuda debido a las inundaciones que han destruido sus hogares», tras las últimas inundaciones en Maiduguri, capital del estado de Borno (noreste), y «que se suman a las crisis ya existentes».

«Muchas, muchísimas personas –estoy hablando de más de 200.000 a 300.000 desplazados– están hacinadas en varios campos de desplazados internos y también en las calles», ha denunciado el jefe de la oficina del PMA en Maidugur, Emmanuel Bigenimana, quien ha definido la situación en la región como «desgarradora».

Bigenimana ha destacado la difícil situación en el estado de Borno, que no solo «fue una de las zonas más afectadas por la insurgencia de Boko Haram», sino que además «más recientemente (ha)visto una inflación de los alimentos, los precios de los alimentos se han disparado, afectando realmente a millones de personas que enfrentan inseguridad alimentaria».

Así las cosas, en marzo de este año, unos 32 millones de personas en el país ya se enfrentaban a una hambruna aguda, según las cifras del PMA, que ha calculado que necesitará 147,9 millones de dólares (unos 134 millones de euros) «para apoyar a las personas con inseguridad alimentaria en el noreste de Nigeria durante los próximos seis meses».

«La recuperación llevará mucho tiempo. Necesitamos más recursos para salvar vidas y aunar esfuerzos para responder a las crisis, y también pensar en la recuperación y las soluciones a más largo plazo», ha sentenciado Bigenimana.

Estas declaraciones llegan después de que el balance de muertos a causa de las inundaciones registradas durante los últimos días en Maiduguri –tras la rotura de una presa a causa de las fuertes lluvias– haya aumentado este viernes a 37, que se suman a los cerca de 60 heridos y más de 414.000 damnificados confirmados por la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias.

La rotura de la presa tuvo lugar días después de que varios residentes de la zona alertaran de que se encontraba al máximo de su capacidad por las intensas lluvias en la zona. El gobernador de Borno, Babagana Zulum, ha reconocido que la situación «es muy devastadora» y ha prometido la entrega de ayuda a los afectados.