París, 30 ago (EFE).- El expresidente francés Nicolas Sarkozy llamó este viernes a la derecha tradicional a actuar para que se nombre a un primer ministro de derechas, antes que acceder a la designación de una personalidad de izquierdas, como hasta el momento se ha especulado.

«Deseo que mi familia política se esfuerce por nombrar a un primer ministro de derechas, en lugar de ceder a la tentación de nombrar a una figura de izquierdas», señaló el ex jefe de Estado (2007-2012), en una entrevista publicada este viernes por el diario Le Figaro.

Sarkozy manifestó esa postura frente a las conjeturas que sitúan a Bernard Cazeneuve (primer ministro durante casi medio año con François Hollande) como la opción más probable para ocupar el palacio de Matignon después de que el presidente, Emmanuel Macron, descartara el lunes dar el cargo a la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP).

En Cazeneuve -que salió del Partido Socialista en protesta por las alianzas con La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, como ocurre en el NFP-, Macron ve hasta ahora la única personalidad capaz de reunir una mayoría parlamentaria suficiente para poder gobernar, según las filtraciones a la prensa.

En esa ecuación, Macron cuenta con dividir a parte de la izquierda, con el apoyo del centro macronista y con el respaldo o la abstención de la derecha tradicional de Los Republicanos.

En sus contactos con Macron, este último partido, que es al que pertenece Sarkozy, sus actuales líderes descartaron participar en un potencial gobierno y limitan su potencial apoyo a pactos legislativos, una estrategia que el ex jefe de Estado no comparte.

«Francia es de derechas, sin duda más que nunca», dijo en referencia a los últimos comicios, que evidenciaron en especial el ascenso de la ultraderecha de Marine Le Pen.

Esta última fue la fuerza más votada en las pasadas elecciones legislativas, pero gracias al cordón sanitario del resto de grupos quedó relegada a tercera fuerza de la Asamblea Nacional en número de escaños (142 con sus socios), por detrás del macronismo (166) y del NFP (193), que quedó en cabeza pero muy lejos de la mayoría absoluta de 289.

El grupo de Los Republicanos, recién rebautizado Derecha Republicana, cuenta por su parte con 47 votos.

«No hay más remedio que ayudar al Presidente de la República», animó Sarkozy a los suyos, tras considerar que Macron actuó bien al descartar a la candidata que había propuesto el NFP, Lucie Castets.

Según él, «la situación es grave y la única salida es que todos dejen de lado sus intereses partidistas inmediatos».

«No entiendo -prosiguió- la postura que consiste en proponer un programa mínimo al Presidente de la República y, al mismo tiempo, pretender permanecer al margen del equipo de gobierno que se encargaría de aplicarlo».

Respecto a Cazeneuve, Sarkozy lo calificó de una figura «de calidad», alejada de las «caricaturas» que suponen otros «responsables de izquierdas».

«Sin embargo, no es la solución que me parece más acorde con el centro de gravedad de la política francesa, que está a la derecha», opinó el expresidente, favorable a opciones como Xavier Bertrand, presidente del consejo de la región de Altos de Francia, o Valérie Pécresse, su homóloga de Île-de-France.

En paralelo, el Partido Socialista evidenció este viernes aún más sus divisiones internas mientras el nombre de Cazeneuve suena cada vez con más fuerza, e incluso se especula con un anuncio este mismo fin de semana.

«Aquí no hay división», aseguró el primer secretario socialista, Olivier Faure, en la apertura este viernes de los encuentros de la universidad de verano del partido en Blois.

Para él, cualquier candidato -incluido Cazeneuve- que no salga del NFP estará preso de sus alianzas con el macronismo y la derecha.

Pero hay dirigentes como la alcaldesa de Vaulx-en-Velin, Hélène Geoffroy, o el de Ruan, Nicolas Mayer-Rossignol, que critican la estrategia de Faure de mantenerse apegado al resto de fuerzas de la izquierda, en particular a los insumisos.

Además, figuras como la excandidata presidencial Ségolène Royal o la joven promesa socialista Karim Bouamrane, alcalde de Saint-Ouen, se han manifestado abiertos a ocupar la posición de primer ministro si son llamados a ello.

El resto del NFP -que además de a LFI y al PS incluye a los comunistas y ecologistas- mantiene la postura tajante de que la coalición de izquierdas debe gobernar, al haber quedado como primera fuerza en las elecciones de julio, y acusan a Macron de jugar a quebrar esa unidad. EFE

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