Según estudios recientes, el primer año tras el diagnóstico cardíaco es crucial para abandonar el tabaco y reducir riesgos. La decisión puede salvar vidas
Según estudios recientes, el primer año tras el diagnóstico cardíaco es crucial para abandonar el tabaco y reducir riesgos. La decisión puede salvar vidas

(HealthDay News) – Los fumadores que abandonaron el hábito poco después de ser diagnosticados con enfermedad cardiaca vieron que sus probabilidades de ataque cardiaco o muerte se redujeron casi a la mitad en los cinco años siguientes, encontró un informe reciente. Sin embargo, los que simplemente redujeron el consumo de tabaco no experimentaron ninguna reducción del riesgo en absoluto, mostró el mismo estudio.

“Me gusta decirles a mis pacientes que nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para dejar de fumar, aunque cuanto antes deje de fumar un paciente, mejor será para reducir el riesgo cardiovascular. Y no es suficiente reducir el tabaquismo”, dijo el autor principal del estudio, el Dr. Jules Mesnier, del Hospital Bichat-Claude Bernard, en París.

Su equipo presentó sus hallazgos el jueves en Londres en la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology, ESC). Fumar ha sido durante mucho tiempo un gran factor de riesgo para los problemas cardíacos, y muchos pacientes cardíacos pueden creer que es demasiado tarde para molestarse en dejar de fumar.

No fue así, encontró el nuevo estudio, que rastreó los resultados de salud de más de 32,000 personas diagnosticadas con enfermedad cardiaca a lo largo de cinco años. Cerca de 15,000 habían fumado en algún momento de sus vidas y poco más de 4,000 eran fumadores actuales.

Alrededor de tres cuartas partes de los exfumadores que habían sido fumadores en el momento en que su médico les dijo que tenían una enfermedad cardiaca tomaron la decisión de dejar de fumar un año después de escuchar la noticia.

Si lo hacían, sus probabilidades de ataque cardiaco o muerte relacionada con el corazón en los próximos cinco años se reducían en un 44 por ciento, en comparación con las personas que seguían fumando, mostró la investigación.

“El primer año después del diagnóstico fue la ventana crucial para dejar de fumar. En el momento del diagnóstico, debemos enfatizar la importancia de dejar de fumar y respaldar a los pacientes en este desafío”, planteó Mesnier en un comunicado de prensa de la ESC.

Sin embargo, el simple hecho de reducir la cantidad de cigarrillos que fumaba al día no hizo ninguna diferencia en los resultados de salud. Esos pacientes no tuvieron cambios significativos en sus riesgos de ataque cardiaco o muerte.

Los autores del estudio enfatizaron que aún así era mejor no haber empezado a fumar en absoluto. En comparación con los que nunca habían fumado, las probabilidades de eventos cardiacos graves aumentaron en un 8 por ciento por cada año adicional que se pasaba fumando, e incluso entre los que dejaron de fumar, el riesgo nunca se redujo hasta el punto de igualar el riesgo al que se enfrentaron las personas que nunca habían fumado.

Sin embargo, dejar de fumar siempre es una buena idea, dijo Mesnier. “Se necesitan mensajes breves y claros para los fumadores en cada intervención médica, destacando la necesidad de dejar de fumar”, planteó. “Decirles a los pacientes que pueden reducir a la mitad su riesgo de un evento importante posterior o de la muerte, como hemos demostrado aquí, es un mensaje poderoso”.

Debido a que estos hallazgos se presentaron en una reunión médica, deben considerarse preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

*Más información sobre el efecto del tabaquismo en el corazón en el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. FUENTE: Sociedad Europea de Cardiología, comunicado de prensa, 29 de agosto de 2024

*Ernie Mundell HealthDay Reporters ©The New York Times 2024