La atleta española Alba García se mostró con «muchísima emoción» tras ganar este viernes la medalla de bronce en el salto de longitud de la clase T11 de los Juegos Paralímpicos de París después de una final que «ha sido muy complicado», y tras la que tuvo palabras de recuerdo para su primer entrenador y descubridor, que le dio antes de viajar a la capital francesa «una piedras naturales que parece que de algo han servido».

«Estoy con muchísimos nervios, muchísima emoción sobre todo. Es verdad que el concurso ha sido muy complicado y no puedo pedirle más por las condiciones de ruido, las condiciones de que se ha tenido que parar el concurso como 700 millones de veces, y el clima que tampoco ha ayudado, pero muy contenta», señaló García en declaraciones a RNE tras ganar su medalla de bronce.

La madrileña confesó que, «honestamente», le daba «un poco igual» que sus buenos saltos fuesen «nulos». «Tenemos la medalla, que era lo importante, ganarla para el equipo, tener una medalla más, y a disfrutarla ahora», admitió.

«El resto del concurso ha sido con mucho estrés porque parecía que los largos no enganchábamos, estaba el radar un poco de aquella manera.

Y es verdad que en el último han decidido no decirme que había saltado 4.75, me han ahorrado ese susto y el último aún así ha sido nulo, pero habían sido mucho más largos. Me quedo un poco con ese primer salto y con todo el calor de la gente que me ha acompañado aquí», añadió la alcalaína.

Ahora, su recuerdos son para su «primer entrenador» aparte de su familia, amigos y pareja. «Todo el mundo que está aquí animando, pero me acuerdo que antes de París, mi primer entrenador, que es la persona que me descubrió el atletismo, me dio unas pulseras para que me diesen suerte. Eran como de unas piedras naturales y demás, y es verdad que las tengo en la mochila, y parece que de algo han servido, aunque eso no sea para que a falta de un salto no nos hayan ganado», aseguró.

«Y también pues me acuerdo de mis primos y de mis tíos. Mi prima me escribió hace unos días, me dijo que saltase tan alto que le diese un beso a su padre que no está. Entonces yo espero que, si no he subido yo, han bajado él y mis abuelos a verme. Y de mis abuelos que también están aquí y que me estarán viendo por la tele muy orgullosos», sentenció.