Alex Munguía Salazar Profesor Investigador BUAP Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Alex Munguía Salazar Profesor Investigador Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) Foto: Cortesía derl autor

La Organización de Estados Americanos (OEA) realizó este jueves una reunión extraordinaria para verificar el resultado de las elecciones en presidenciales en Venezuela, realizadas el domingo pasado. Sin embargo Brasil, México, Colombia y otros países se abstuvieron de participar, lo que llevó a que no se alcanzara una mayoría pese a la presión de Estados Unidos, Argentina, Uruguay y Paraguay.

La no participación de México en este foro que se ha reunido con urgencia en la OEA para evaluar el proceso electoral en Venezuela se puede entender en el sentido que México ya había señalado que respeta este procedimiento del país sudamericano y que no estaría de acuerdo en suscribir una posición que ya de antemano se sabía que iba a tomar la organización internacional y los países que participan en ella, que era el mantener un rechazo a dicho proceso electoral, por lo cual México no iba a apoyarla.

Para México la propuesta es muy clara y tal y como ha sido el proceder por parte del presidente constitucional de Venezuela, en el sentido de solicitar a la autoridad electoral que revise todo el proceso electoral de principio a fin y que encuentre las inconsistencias, si es que las hay, y que las señale. Pero no descalificar a priori un proceso electoral que está basado sobre una base legal constitucional, como fue el proceso electoral del pasado domingo en Venezuela.

Para México el no asistir a dicha reunión de la OEA responde a un principio fundamental en la política exterior mexicana y es la de no evaluar o no descalificar en este caso a priori el proceso electoral de Venezuela como descibre México que en el fondo dicha reunión y los países que solicitan o auspiciaban esta postura iban a suscribir. Es decir el descalificar el proceso electoral en Venezuela.

El presidente de Venezuela Nicolás Maduro se sienta frente a una imagen del héroe de la independencia venezolana Simón Bolívar, mientras da una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, Venezuela, el miércoles 31 de julio de 2024, tres días después de su controvertida reelección. (AP Foto/Matías Delacroix)
El presidente de Venezuela Nicolás Maduro se sienta frente a una imagen del héroe de la independencia venezolana Simón Bolívar, mientras da una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, Venezuela, el miércoles 31 de julio de 2024, tres días después de su controvertida reelección. (AP Foto/Matías Delacroix) (Matias Delacroix/)

Esto podemos entenderlo en el sentir del gobierno mexicano en asumir indudablemente que no se puede descalificar un proceso por tintes ideológicos como ha sido el caso de Venezuela si les guste o no les guste el resultado no se puede, independientemente de quien haya ganado, no puede descalificar un proceso electoral constitucional que se había asumido como válido por todas las partes participantes en dicho proceso

Por último también debemos reconocer otro elemento y es que en el fondo hay una postura de respeto a un país, que señala generar una política de transformación social de fortalecimiento de cultura cívica política cómo ha sido el caso de el gobierno en ese país en Venezuela.

Hay que decir que México no ve con malos ojos el que haya obtenido un triunfo electoral puesto que en esencia la cuarta transformación, que es este proceso político que fortalece tanto Andrés Manuel López Obrador en su momento como ahora tendrá que llevarlo Claudia sheinbaum, es muy similar el proceso social en términos de fortalecer la capacidad de la sociedad, la generación de cultura política y establecer políticas de bienestar social general; lo cual esto podría sustentar o nos podría señalar el por qué apoyar un proceso de este tipo.