Recientes investigaciones han descubierto que existe un tipo de dieta muy conocida que es capaz de mejorar la función cognitiva. O lo que es lo mismo, cuidar de la salud de nuestro cerebro. Se trata de las dietas cetogénicas o keto, un régimen alimenticio que se caracteriza por un consumo muy bajo de carbohidratos y un alto contenido de grasas saludables, con una ingesta moderada de proteínas.
Este enfoque dietético tiene como objetivo inducir un estado metabólico llamado cetosis, en el cual el cuerpo, debido a la escasez de glucosa proveniente de los carbohidratos, comienza a quemar grasas para obtener energía, produciendo cetonas como subproducto. Este cambio metabólico puede llevar a una rápida pérdida de peso y ha mostrado beneficios en la mejora del control del azúcar en sangre, la resistencia a la insulina y otros aspectos de la salud metabólica.
Estudios anteriores ya habían demostrado que administrar a ratones machos una dieta cetogénica cíclica reducía su riesgo de muerte prematura y prevenía el deterioro de la memoria relacionado con el envejecimiento normal. Según Christian Gonzalez-Billault, profesor de la Universidad de Chile y autor principal de este nuevo estudio sobre las dietas cetogénicas y el envejecimiento, la decisión de investigar este efecto se basó en investigaciones previas que mostraron mejoras en el rendimiento cerebral en ratones envejecidos.
Para profundizar en estos hallazgos, los investigadores mantuvieron a 19 ratones machos envejecidos (de 20 a 23 meses) con una dieta de control o una dieta cetogénica alternada cada dos semanas. Durante las primeras 12 semanas, se evaluaron los parámetros metabólicos, seguidos de pruebas de comportamiento durante las siguientes cinco semanas.
Los resultados indicaron que la dieta cetogénica se asoció con niveles más bajos de glucosa en sangre, mejor memoria y capacidad motora en ratones mayores. Además, se observó una mayor plasticidad en el hipocampo de los ratones mayores que recibieron la dieta cetogénica combinada con la dieta de control. Investigaciones adicionales demostraron que esta mejor plasticidad se debía a la presencia de cuerpos cetónicos, los cuales activan una vía de señalización entre las sinapsis cuando los niveles de glucosa son bajos.
Gonzalez-Billault explicó que estos resultados refuerzan la idea de que las dietas cetogénicas podrían mantener la resiliencia en animales de edad avanzada, mejorando sus funciones fisiológicas durante el envejecimiento. Sin embargo, señaló que aún se necesitan más investigaciones para entender por qué estas dietas no parecen tener el mismo efecto en animales jóvenes.
En términos de aplicaciones en humanos, otras pequeñas investigaciones sugieren que la dieta cetogénica podría beneficiar la cognición en adultos mayores con demencia, aunque se requieren estudios clínicos más amplios para confirmar estos efectos.
Contraindicaciones de la dieta cetogénica
A pesar de estas prometedoras observaciones, las dietas cetogénicas presentan desafíos, como su dificultad para seguirse y su potencial reducción en la ingesta de nutrientes esenciales. Por lo tanto, los expertos generalmente recomiendan que los adultos mayores opten por dietas como la mediterránea o DASH, respaldadas por una investigación más sólida en humanos para promover un envejecimiento saludable.
Por ello, si se considera probar una dieta cetogénica, se aconseja hacerlo bajo la supervisión de un profesional de la salud para asegurar una nutrición adecuada y resultados óptimos para la salud.