(Actualiza EC1076 con información mercados)

París, 1 jul (EFECOM).- Los resultados de la primera vuelta en las elecciones legislativas en Francia dejan como opción más probable una mayoría relativa para la extrema derecha que, o no le permitiría gobernar o no con las manos libres, un mal menor para los mercados tras la fuerte inquietud de las últimas tres semanas.

Ese alivio relativo pesó este lunes en la Bolsa de París, que desde el comienzo de la sesión experimentó un repunte significativo después de cuatro sesiones de caídas sucesivas.

El CAC-40 abrió con una subida superior al 2 % y a los pocos minutos ese ascenso se aceleró por encima del 2,5 % al llegar al que sería el techo del día con 7.688,20 puntos.

El ascenso se ralentizó en particular a media mañana, cuando el indicador se situó por debajo del listón de los 7.600 puntos pero sin perder un cierto vigor. Una hora antes del cierre el índice subía un 1,26 %.

Los valores bancarios, los más castigados durante las tres semanas que pasaron entre la convocatoria anticipada de las legislativas el 9 de junio y la votación de la primera vuelta este domingo, fueron también los que más terreno recuperaron este lunes.

Société Générale marcaba el segundo mayor ascenso del selectivo francés (5,18 %), sólo por detrás de Teleperformance (5,50 %), e inmediatamente después venían los otros dos grandes bancos franceses, Crédit Agricole (4,40 %) y BNP Paribas (4,10 %).

Hay que recordar que BNP Paribas el 20 de junio fue adelantado por el español Santander como primera capitalización bursátil del sector bancario en la zona euro y que desde comienzos de mes y hasta esta mañana se había depreciado un 11,4 %. El descenso en ese tiempo había sido del 12 % para Crédit Agricole y del 17,6 % para Société Générale.

Otro de los focos de atención en este tiempo habían sido igualmente los tipos de interés de la deuda francesa, que es motivo de preocupación debido a su abultado volumen -un 110,7 % del producto interior bruto (PIB) al término del primer trimestre- y a la dinámica del déficit, que en 2023 se disparó hasta el 5,5 %, ocho décimas más de lo que había anticipado el Gobierno.

La prima de riesgo, es decir, el diferencial de tipos de interés entre los bonos franceses a 10 años y los alemanes (que sirven de referencia) alcanzaron al final de la semana pasada los 80 puntos, algo que no ocurría desde 2012, en plena crisis de la deuda de la eurozona.

Esa tensión también se relajó este lunes con una rebaja de la prima de riesgo a 74,8 puntos básicos.

En espera de comprobar en los próximos días si el respiro sobre la situación política puede ser duradero, los operadores han hecho una primera lectura de los resultados de las urnas el domingo, en los que como se esperaba la extrema derecha consiguió una victoria rotunda, con el 33,15 % de los votos, si se suman sus aliados conservadores.

Teniendo en cuenta que la coalición de izquierdas se quedó con un 27,99 % y que el partido del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quedó relegado a una tercera posición con el 20,04 %, es una victoria que, aunque no excluye completamente el escenario de que el candidato a primer ministro de la ultraderecha, Jordan Bardella, logre una mayoría absoluta, sí que lo hace poco probable.

Una probabilidad que va a depender en parte de las estrategias de los diferentes bloques políticos a la hora de renunciar a presentar candidatos en algunas circunscripciones donde tienen pocas posibilidades para evitar que gane el que se considera el principal adversario, y que se tiene que formalizar a más tardar el martes a las 18.00 hora local (16.00 GMT).

Lo que ha tranquilizado en primer lugar a los operadores es que ha quedado totalmente descartado un triunfo de la coalición de izquierdas, que en su programa promete una política intervencionista hecha de subidas salariales decididas por el Gobierno (más del 14 % para el salario mínimo), precios administrados y, sobre todo, una subida de impuestos de hasta 150.000 millones de euros anuales.

También queda muy disminuido el escenario de un Gobierno de la extrema derecha, que aunque ha ido abandonando o posponiendo buena parte de sus recetas intervencionistas o la marcha atrás a la reforma de las pensiones de Macron, sigue inquietando a los medios financieros por su inclinación claramente antieuropea.

Es decir, que se abre camino la hipótesis de una parálisis o un empantamiento políticos que, si bien no permitiría lanzar las reformas que los mercados querrían ver en la segunda economía de la eurozona, al menos impediría dar marcha atrás a los cambios de los que se han beneficiado durante la presidencia de Macron. EFECOM

ac/rcf/emm