El portero de Portugal, Diogo Costa para un penalti a un jugador de Eslovaquia (REUTERS/Lee Smith)
El portero de Portugal, Diogo Costa para un penalti a un jugador de Eslovaquia (REUTERS/Lee Smith) (Lee Smith/)

“Ahora empieza un nuevo torneo. Es estar dentro o fuera”, afirmaba Roberto Martínez en sala de prensa. Y Portugal está dentro, pero con mucho sufrimiento. La selección lusa lo ha intentado durante los 90 minutos reglamentarios sin ser capaces de ver portería. Y en la prórroga comenzaban a desesperarse viendo que los temidos penaltis se aproximaban. Y así ha sido. Pero un santo caído del cielo llamado Diogo Costa ha llegado para salvar a los suyos al parar los tres penaltis que han lanzado los jugadores eslovacos. Portugal pasa por la mínima a cuartos de final, donde les espera la Francia de Kylian Mbappé.

Portugal llegaba a octavos de final de la Eurocopa con ganas de redimirse de ese último partido de la fase de grupos. Ese encuentro ante Georgia que truncó sus esperanzas de emular a los españoles y registrar una fase inicial perfecta, con diana de victorias. Los georgianos se pusieron la capa de héroe para hacer soñar a sus aficionados y conseguir el pase a la siguiente fase. La novata de la competición consiguió marcar dos goles y mantener su portería a cero ante la Portugal de Cristiano Ronaldo. Con este sentir acudían al encuentro de octavos para medirse ante Eslovaquia y jugarse el pase a cuartos de final.

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