El PSOE, PP y Vox han avanzado este martes en el Pleno del Congreso su rechazo a una proposición no de ley de Junts que insta al Gobierno al reconocimiento de Kosovo, un texto que sí contará cuando se vote este jueves con el apoyo el apoyo de ERC, PNV y Bildu, mientras que Sumar planea abstenerse.

Kosovo se proclamó unilateralmente independiente en 2008, pero Serbia lo sigue reconociendo como una provincia autónoma. Los portavoces partidarios del reconocimiento sostienen que ya han dado ese paso un centenar de países de los 193 que componen Naciones Unidas y que en la UE sólo quedan por hacerlo España, Eslovaquia, Chipre, Grecia y Rumanía.

Los grupos que apoyan la iniciativa también han vinculado la negativa de España a reconocer a este país con la existencia de movimientos independentistas dentro del Estado. En este contexto, tanto el portavoz del PNV, Aitor Esteban, como el de Bildu, Jon Iñarritu, han destacado el caso de Francia y Turquía, que sí reconocen a Prístina pese a contar también con aspiraciones independentistas internas.

PALESTINA SÍ, KOSOVO NO

Desde ERC, Francesc Marc Álvaro, ha pedido al Gobierno que deje de hacer el «ridículo» y abandone su «peculiar» posición en esta materia y, como otros portavoces, ha subrayado que esta postura no se compadece con la decisión del reconocimiento al Estado Palestino.

«¿Palestina es ‘snob’ y Kosovo es de segunda?», se ha preguntado Eduard Pujol, de Junts, durante la defensa de su iniciativa, emplazanado al Gobierno a de dejar de lado una postura que juzga «infantil» y a imitar a Estados Unidos, Japón o Reino Unido.

«Acabamos de ver al Rey homenajear a los héroes de la independencia lituana, un país del que España recordaba muy poco cuando estaba la Unión Soviética. En 2019 le vimos hacer un reconocimiento al héroe nacional cubano José Martí, un año ante (el filipino) José Rizal y un día lo hará también ante la estatua de Sabino Arana», ha dicho, en referencia al fundador del PNV.

SOLUCIÓN NEGOCIADA

Por contra, la socialista Obdulia Taboadela, ha destacado que el Gobierno de España trabaja por «una solución negociada» a este conflicto en el ámbito de la comunidad internacional y que esta postura «basada en el Derecho Internacional Público y el principio de integridad territorial de los Estados y el respeto a su soberanía» es acorde con la fijada por el Consejo de Seguridad de la ONU en 1999 y con la opinión consultiva del Tribunal Internacional de Justicia sobre este particular».

También dejado claro que España nunca «será un obstáculo para el diálogo entre Pristina y Belgrado» ni para «acercamiento de todos los balcanes occidentales» y que considera «muy importante la estabilidad máxima en este momento de la invasión de Ucrania por parte de Rusia». «Hoy la estabilidad es más que nunca una necesidad y en eso estaremos todos y todas de acuerdo», ha remachado.

Para el ‘popular’ Ricardo Tarno, a Junts «le interesa muy poco el reconocimiento de Kosovo» y lo que en realidad busca es «empezar fijar un marco de pruebas y un campo de entrenamiento para enseñar al presidente, Pedro Sánchez, el aro por el que le quieren hacer pasar» con la independencia de Cataluña.

«Ustedes conspiraron, negociaron, viajaron con la intención de tejer alianzas entre un sector del independentismo catalán y el Kremlin. Unos fueron ejecutores y otros consentidores. Como siempre, jugaron a dos bandas, con una mano el reconocimiento de Kosovo, con la otra negociando con Putin», ha añadido Tarno.

Desde Vox, Carlos Flores Juberías ha defendido la «postura consolidada» de España, ha advertido de que modificarla «afectaría negativamente» las relaciones con Serbia y ha subrayado que Kosovo no es un país «plenamente democrático». Pero, según ha recalcado, el principal motivo para su rechazo a la iniciativa es que la firma Junts. «No vamos a darles ni la más mínima carbonilla para que alimentan el tren hacia la independencia», ha dicho.

UNO DE LOS PEORES EJEMPLOS DE AUTODETERMINACIÓN

Por su parte, el portavoz de Exteriores de Sumar Agustín Santos ha dado a entender que se abstendrán pues, si bien reconocen «el derecho de autodeterminación como la mejor solución democrática de la cuestión nacional» consideran que Kosovo sigue siendo «un foco de inestabilidad y falta de seguridad en Europa en el momento del grave contexto de la guerra de Ucrania».

De hecho, ha subrayado que «el caso de Kosovo es probablemente uno de los peores ejemplos europeos del ejercicio de ese derecho de autodeterminación, porque no cumple los principios de la Carta de Naciones Unidas, ha sido manipulado por las grandes potencias, no respeta el derecho de la minoría serbia, ni el territorio, cuyas fronteras responden a las delimitaciones regionales internas de Yugoslavia».