San Juan de Oriente (Nicaragua), 24 jun (EFE).- En un pintoresco pueblo del Pacífico de Nicaragua, los devotos de San Juan Bautista se baten con látigos elaborados con el pene disecado de un toro para pagar las promesas hechas a este santo, en un ritual violento que lleva más de cuatro siglos y es conocido como ‘Los Chinegros’.
El lugar que acoge esa festividad religiosa, popular y violenta es el municipio de San Juan de Oriente, donde cada 24 de junio se reúnen decenas de devotos de San Juan Bautista, sin importar edad, género ni parentescos, para liarse con látigos, con baile incluido.
La danza es conocida como ‘Los Chinegros’, que consiste en hacer una rueda con espectadores para que devotos del santo, de dos en dos, se batan con ‘chilillos’ (latigos) elaborados con el pene disecado de un toro al que le dan forma de espada y que es capaz de partir la piel en un solo toque.
De esa manera y para pagar milagros y favores recibidos, San Juan Bautista es venerado y adorado en este pueblo de origen indígena, que data de 1585.
A pesar de su naturaleza violenta, y a veces sangrienta, esa práctica se realiza para mantener viva esa tradición que forma parte de la identidad cultural del pueblo y en la que innumerables ocasiones se repite entre hombres, niños y algunas mujeres.
Los rivales se dan latigazos sin ningún tipo de protección y en ocasiones dejan a los participantes con moretones, ensangrentados y con la piel desprendida, según constató EFE.
Por eso en estas luchas no hay ganador ni vencedor. No existe paga. No se levantan apuestas. No hay victorias ni derrotas. No se despiertan enemistades.
Sin embargo, por brusco que parezca, existen reglas como la de no apuntar hacia el rostro o debajo de la cintura. Y cada uno tiene las mismas oportunidades de ataque, y detenerse cuando el rival abandone la posición de ataque.
Si uno de los rivales infringe los parámetros, los espectadores interrumpen la contienda. Tiene más ventaja el que ejecuta sus movimientos de ataque y defensa con mayor rapidez y técnica, y cualquier rival que sea zurdo.
“Nosotros lo tomamos como tradición, como una forma de pagar favores recibidos. Unos por fe hacia San Juan Bautista y otros para pedir por sus siembras y cosechas en esta estación de invierno”, explicó Wilmer Potosme, uno de los tradicionalistas.
Potosme tiene tres años de recibir latigazos por la salud de su hija, que en ese entonces estaba recién nacida.
La tradición, que fue declarada ‘Patrimonio Inmaterial municipal de San Juan de Oriente’ en 2019, llegó con los esclavos africanos, lo que explica el término ‘Los Chinegros’, según los historiadores.
Esta festividad religiosa y popular existía en la época precolombina, sin venerar al santo, y sufrió modificaciones con la colonización, de acuerdo con historiadores.
Cada 24 de junio la imagen de San Juan Bautista hace el recorrido por las principales calles de San Juan de Oriente, donde la mayor actividad económica es la elaboración y comercialización de la cerámica.
Sin embargo, en esta ocasión y por segundo año consecutivo, la imagen quedó guardada en la iglesia del mismo nombre por restricciones policiales que mantienen prohibidas las procesiones con imágenes de santos por las calles de Nicaragua, alegando razones de seguridad.
Pese a todo, en el atrio de la iglesia cientos de personas se reunieron para darse latigazos a vista de espectadores curiosos que grababan y fotografiaban las escenas al ritmo de música filarmónica.
Dentro del templo, cientos de devotos rindieron homenaje a San Juan Bautista con música filarmónica y bailes tradicionales.