Viena, 21 jun (EFE).- Los empleados de la radiotelevisión pública de Eslovaquia RTVS denunciaron este viernes al Gobierno eslovaco de querer «silenciar la libertad de expresión» con la nueva ley que sustituye este ente por otra entidad, StaR, sujeta al control gubernamental.
La controvertida ley fue adoptada el 20 de junio con el voto de los diputados de la coalición en el poder, formada por populistas y ultranacionalistas, mientras que la oposición al completo abandonó el pleno en protesta.
«El 20 de junio es un día negro para el servicio público, así como una amenaza para la propia democracia», declararon los trabajadores en un comunicado.
En la nota acusan al Ejecutivo encabezado por el populista Robert Fico de buscar influir políticamente a través de la radiodifusión.
Fico defiende que RTVS no cumple con su cometido de objetividad, respeto a la diversidad de opiniones, y promover el interés nacional, apoyando valores y tradiciones culturales del país.
Nada más subir al poder el pasado otoño, declaró un embargo a varios medios privados (Markiza, Denník N, Sme, Aktuality.sk).
«No sólo se presiona a la radio y televisión pública, sino también a los medios de comunicación privados y a otras instituciones culturales y democráticas», lamentan desde RTVS.
Según los observadores, el Ejecutivo decidió abolir el RTVS porque la ley vigente no le permite destituir a su director, nombrado por el Parlamento.
Al frente de la nueva entidad, bautizada Televisión y Radio de Eslovaquia (StaR), habrá un consejo directivo de nueve miembros, cuatro de los cuales serán nombrados directamente por el ministerio de Cultura.
Según los periodistas, con esta norma, los miembros del Gobierno «admiten abiertamente que quieren decidir quién debe y quién no debe trabajar en la institución, qué noticias se verán en pantalla y se oirán en antena».
Ya el anuncio del proyecto de ley desencadenó numerosas protestas multitudinarias en las calles de Bratislava y otras ciudades.
«En esta época de gran crisis, Eslovaquia necesita una fuente de información fiable e independiente de cualquier poder político. Queremos medios de comunicación libres», insisten los empleados. EFE
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