El Poder Judicial de Perú ha condenado este miércoles a trece exmilitares por violación sexual a jóvenes campesinas en el marco del caso ‘Manta y Vilca’, en las que miembros del Ejército peruano cometieron violaciones sistemáticas de mujeres, algunas de ellas menores, entre 1984 y 1998 en la provincia de Huancavelica, en el centro de país.

La Primera Sala Penal Superior Nacional Liquidadora Transitoria ha sentenciado a diez de los exmilitares a penas de entre seis y doce años de prisión, mientras que se han reservado el fallo para los tres restantes que están en condición de reos contumaces, que son aquellos que conocen el proceso pero se resisten a concurrir al mismo.

Además, la sala ha impuesto una reparación civil de 100.000 soles (aproximadamente 24.400 euros) «por cada uno de los condenados y en favor de cada una de agraviadas que violentaron sexualmente».

«Esta sentencia marca un hito en la lucha contra los crímenes de lesa humanidad», ha celebrado la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) de Perú, que ha tildado la sentencia de «histórica», según ha indicado a través de su perfil en la red social X.

En marzo de 1984 el Ejército peruano estableció una base militar en Huancavelica por la violencia iniciada por Sendero Luminoso. Las víctimas tenían entre 14 y 25 años cuando fueron sometidas a violaciones sexuales, en algunos casos en grupo, por parte de los militares.

Más de una veintena de víctimas decidieron en 2003 hacer una denuncia penal contra sus agresores, caso que llegó en 2009 al Poder Judicial, pero no fue hasta 2015 cuando se formuló la acusación fiscal por violación sexual como delito de lesa humanidad. El primer juicio oral tuvo lugar en 2016 y en 2018 se suspendió tras retirar a arios magistrados por falta de imparcialidad. En 2019 se inició un segundo juicio oral con enfoque de género.