La Audiencia de Granada ha señalado del 7 al 9 de julio de 2025 el juicio contra el acusado de secuestrar, el 21 de febrero del año pasado, a la que fuera concejal socialista en el Ayuntamiento de Maracena Vanessa Romero, después de que presuntamente se subiera a su coche, le amenazara con una pistola simulada y acabara metiéndola en el maletero atada de pies y manos.

En ese momento, el acusado, que se encuentra en libertad provisional desde julio del año pasado tras varios meses entre rejas, era la pareja sentimental de la entonces alcaldesa de la localidad, Berta Linares, también del PSOE. Aunque ella fue investigada en un principio como presunta inductora del secuestro, el juez finalmente lo descartó y archivó la causa para ella y para otro concejal del municipio.

La Fiscalía ha solicitado que el secuestrador confeso sea condenado a un total de ocho años de prisión por un delito de detención ilegal, otro leve de lesiones y un tercer delito de lesiones psíquicas, según detallaron a Europa Press fuentes del caso. Además de las correspondientes medidas de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima, el Ministerio Fiscal solicita que se indemnice en 6.000 euros a Vanessa Romero y en la cantidad que se determine en el acto de juicio conforme al informe médico forense final.

El juicio se celebrará en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, según consta en una diligencia de ordenación fechada este pasado lunes y a la que ha tenido acceso Europa Press. En ella se precisa que la sesión arrancará el 7 de julio con la declaración del acusado y las primeras diez testificales propuestas por la Fiscalía.

Continuarán las sesiones al día siguiente con el resto de testificales propuestas por las partes y el último día se dedicará a las periciales, prueba documental y conclusiones definitivas.

En la diligencia de ordenación donde se señala la vista oral también se recoge la documentación y los diferentes efectos aportados para este juicio y que presuntamente usó el secuestrador; como bridas, guantes, un cuchillo pequeño y otro de grandes dimensiones, un rollo de papel de aluminio o cinta americana.

La acusación particular, que ejerce la exconcejal Vanessa Romero, ha solicitado que sea condenado a nueve años de prisión por un delito de detención ilegal y otro de lesiones psíquicas. Tanto la Fiscalía como la acusación particular comparten en buena medida el relato de hechos realizado por el juez instructor en su último auto de enero.

EL SECUESTRO

En él se expone que el acusado habría preparado el secuestro semanas antes haciendo diversas búsquedas por Internet y adquiriendo tanto un cuchillo tipo militar –de 19 centímetros de hoja– como una pistola simulada; guantes para evitar dejar huellas, bridas de plástico, papel de aluminio para envolver los móviles y evitar un posible posterior rastreo, cinta carrocera y otros efectos.

Con todo ello dentro de una mochila se desplazó la mañana del 21 de febrero en su vehículo hasta el colegio donde Vanessa Romero dejaba cada mañana a sus hijos. Supuestamente le dijo que había ido a dejar a los hijos de Berta Linares –su pareja en ese momento– y con la excusa de que se había quedado sin gasolina le pidió que le llevara.

Una vez dentro del vehículo de Vanessa, presuntamente le apuntó con una pistola simulada para que diera la vuelta y se adentraron en la zona recreativa del embalse de Cubillas. Una vez allí, tras un intento fallido de citarse con el arquitecto municipal de Maracena usando el móvil de la víctima, supuestamente envolvió con papel del aluminio el teléfono, sentó a la edil en el asiento de atrás atada de pies y manos, le tapó los ojos y la boca con una venda y continuaron el trayecto hasta la localidad de Armilla.

Allí introdujo el coche en un garaje alquilado por él y, presuntamente amenazándola con una especie de barra metálica, consiguió que Romero se metiera en el maletero, tras lo que se marchó dejándola encerrada. Ella aprovechó ese momento para golpear los asientos traseros hasta que cedieron, de modo que pudo escapar y pedir ayuda.

Por su parte, el acusado se dirigió a una ferretería de Maracena para comprar un cuchillo y un rollo de cinta americana negra, mantuvo luego un encuentro con su pareja, Berta Linares, y decidió volver al local de Armilla, pero una vez allí se percató de la presencia policial. Volvió a tomar el metro en dirección a Maracena y en esta localidad finalmente fue detenido.