El retrato realizado por Luis Moro de la ensayista, intelectual y filósofa María se ha unido este martes la Galería de Retratos del Ateneo de Madrid junto con los ya expuestos de Carmen Laforet, Clara Campoamor, Carmen de Burgos, Almudena Grandes y Elena Fortún, gracias a la iniciativa ‘Las mujeres en su sitio’.
El objetivo de este proyecto es incorporar retratos de mujeres ilustres y saldar así «la deuda histórica» contraída con ellas ya que hasta el 2021 solo estaba el de Emilia Pardo Bazán entre los de 188 hombres de la Galería de retratos, según ha informado la entidad en un comunicado.
Así, tanto el Ateneo de Madrid, los Ayuntamientos de Vélez-Málaga y Segovia y la Fundación María Zambrano se han unido para celebrar la incorporación de la filósofa española a la Galería, con un acto en el que se ha desvelado el retrato realizado por el pintor segoviano y Premio Castilla y León de las Artes, Luis Moro.
El homenaje, al que ha asistido la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo; el delegado del Área de Gobierno de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento de Madrid, José Fernández Sánchez; y Directora general de Atención a las Víctimas y Promoción de la Memoria Democrática, Zoraida Hinojosa Valdizán, se ha desarrollado bajo el título ‘Coreografía del pensamiento’.
«Es un día especial. María Zambrano llegó al Ateneo muy joven, con 27 años y pagó 25 pesetas como cuota, los mayores pagaban 75 pesetas. El retrato que hoy se presenta es el de una mujer curtida, que no tiene que ver con la joven ateneísta, con una mirada nostálgica marcada por 40 años de exilio», ha explicado durante el acto el presidente del Ateneo, Luis Arroyo.
Por su parte, el presidente de la Fundación María Zambrano y alcalde del Ayuntamiento de Vélez-Málaga, Jesús Lupiáñez Herrera, ha subrayado que se trata de «un acto de justicia» y ha anunciado, según un comunicado, que en noviembre se celebrará en Vélez-Málaga el 7º Congreso Internacional sobre la vida de María Zambrano.
Además, el pintor y autor del retrato ha informado de que se trata de un retrato que «surge de la oscuridad» para dar luz y ha explicado el simbolismo que hay tras los cigarrillos y los gatos que acompañan a Zambrano en el cuadro.