Una de las pruebas más emotivas del reality es, sin duda, el Puente de las emociones. Los concursantes se enfrentan a varias palabras que propone el programa y de las que tendrán que hablar, sin tapujos, con Laura Madrueño. La presentadora animaba a Aurah Ruiz a que aprovechara esta oportunidad para reflexionar y terminar la gala con mejores ánimos tras un día complicado.
El primer peldaño al que se enfrentaba era en el que estaba escrita la palabra infancia. Recordando a sus padres, reconocía cómo habían sido clave en su educación: «Recuerdo que mis padres siempre serán mis ídolos, mi madre, mi padre, siempre me enseñaron todo lo que me tenían que enseñar en esta vida, mi hermano también». Aunque confesaba que, en más de una ocasión, hizo caso omiso a sus consejos pero siempre supo rectificar y reconocer que llevaban la razón: «si no llegase a ser por esos consejos, estaría súper perdida en esta vida y creo que lo he hecho bien y ellos también lo han hecho».
El segundo peldaño era el del dolor. Sintiendo cómo las emociones empezaban a agolparse en su pecho, se agarraba con fuerza a las cuerdas del puente y se agachaba para quedarse de cuclillas. Reconocía que la experiencia más dolorosa de su vida ha sido ser madre: «Ser madre y no serlo como de verdad lo tenía que haber sido, estar un año en un hospital, viendo cosas muy fuertes, a mi primer y único hijo, es como el dolor más grande que he sentido en toda mi vida».
Entre lágrimas, recordaba la enfermedad de su hijo y cómo le afectó a su vida: «Un año entero sin saberlo. Mi hijo vio la luz del sol cuando salimos al año del hospital. Un gato, un perro, un coche. Ese es el dolor más fuerte que he sentido en mi vida, pensar que no iba a volver a verlo». Aprovechaba para mandar un mensaje de ánimo a aquellos padres y madres que se encuentran en una situación parecida. Sin duda, su hijo es a quien más echa de menos en la isla aunque también añora estar con su familia y con su pareja.
Al llegar al peldaño sobre el amor, cambiaba rápidamente su rostro, animándose y sonriendo a pensar en Jesé Rodríguez. Recordaba su historia de amor y todo por lo que han pasado juntos y hablaba de cómo siente que su destino siempre ha estado unido al futbolista: «Un hilo rojo que te conecta con otra persona, yo siempre he sabido que he tenido un hilo con él, siempre. Aunque hayamos estado separados, juntos, y hayamos pasado todo lo que hemos pasado, el hilo rojo estaba conectado y el amor siempre estuvo. Es amor».
En el peldaño con la palabra madre, dedicaba unas bonitas palabras a la suya, a quien reconocía como la mejor madre del mundo, a quien considera su mejor amiga. Y también presumía de su faceta de madre, considerando esa parte de ella como un regalo ya que su hijo «ha sido lo más especial de mi vida y no lo voy a cambiar aunque haya sido durísimo, porque es lo más bonito que voy a tener siempre».
Para terminar, en el peldaño con el nombre del programa, aseguraba que esta experiencia es, sin duda, un antes y un después en su vida. Durante estos meses ha experimentado crecimiento personal y se ha dado cuenta de qué merece la pena: el amor de los suyos. Mirando hacia atrás por si recibía alguna visita, confesaba el gran deseo de reunirse con su pareja, su hijo y su familia. Laura Madrueño le recibía con un gran abrazo y le animaba a no perder la esperanza y a seguir esta experiencia con ilusión.