El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha criticado este viernes que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se abre a entenderse y pactar con Fratelli d’Italia, el partido de la primera ministra italiana Giorgia Meloni: «Es muy grave».
Así lo ha manifestado en la sesión de clausura de la 39 Reunión del Círculo de Economía después de que Feijóo asegurara que el partido de Meloni no le parecía homologable a otros partidos que se consideran de extrema derecha en Europa y añadió que estaría muy atento –textualmente– a sus planteamientos.
ALERTA DEL «VOX EUROPEO»
Sánchez ha reprochado al líder popular que se abre así a «pactar con los aliados de Vox en España». «En el Vox Europeo no sólo está la presidenta Meloni, sino también Éric Zémmour en Francia o la ultraderecha sueca, o alguien contra quien combate el primer ministro Donald Tusk en Polonia: el partido de la Justicia. Es absolutamente incompatible con el planteamiento de negociación que tiene la socialdemocracia europea», ha advertido.
También ha advertido de la dificultad de pactar con estos grupos cuestiones prioritarias de la agenda europea como transición ecológica, lucha contra el cambio climático y política exterior.
«Nos jugamos mucho. Lo que no quisimos para España no lo querramos para Europa», ha concluido Sánchez, que confía en que impere la sensatez –en sus palabras– a partir del 10 de junio, el día siguiente a las elecciones europeas.
CRITICA LA OPOSICIÓN DEL PP
Tras reivindicar su voluntad de pacto también en España, Sánchez ha calificado de «irracional» que el PP se haya opuesto a apoyar determinadas iniciativas a lo largo de la legislatura.
«¿Es racional que un partido político que aspira a gobernar vote en contra de la revalorización de las pensiones?», ha preguntado Sánchez, que también ha afeado que finalmente no votaran a favor de la Ley del Suelo y que tampoco apoyaran en su momento la reforma laboral.
«DESTRUCCIÓN DEL ADVERSARIO»
En su opinión, el ámbito conservador ha renunciado a la legítima independencia, a la necesaria competición y debate de ideas y de propuestas políticas, para centrarse «en la destrucción del adversario político».
«Al adversario político se le deshumaniza, se le dice que todo lo que hace es el interés para mantenerse en la poltrona y se le convierte en el enemigo público número 1. Claro, si el enemigo público número 1 es el presidente del Gobierno, ¿cómo vas a pactar con él? Al final acabas siendo rehén y víctima de tu propio dogmatismo», ha resumido.
Pese a asegurar que su partido querría acuerdos, ha constatado que una de las reformas pendientes es la del poder judicial: «Pero la realidad concreta es que ahora mismo lo que tenemos es una derecha tradicional que ha optado por gobernar con la ultraderecha, española y europea, y por tanto tratar de estigmatizar y deshumanizar».