Los ataques terroristas perpetrados por las disidencias del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc el 20 de mayo en Jamundí y Dagua (Valle), así como en Suárez y Jambaló (Cauca), en los cuales se atentó contra la vida de tres menores de edad y cuatro miembros de la fuerza pública tienen consternados a Colombia. Esto, debido a que le recordó al país las épocas más oscuras de la guerra, momentos a los que no se quiere volver, por todas las vidas que cobraron cada uno de los sucesos.
Por eso, el Consejo Gremial Nacional (CGN), en nombre de los 32 gremios que lo conforman, rechazó de forma categórica lo ocurrido y envió un mensaje de solidaridad a las familias de las víctimas y de apoyo a los miembros de las Fuerzas Militares y de Policía Nacional por la función que cumplen.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
“El sector productivo manifiesta su preocupación por el deterioro en temas de seguridad que está sufriendo el país y los constantes atentados contra la vida y la integridad de las personas. Estos hechos de violencia nos alejan del anhelo que tiene Colombia de conseguir la paz y quebrantan el bienestar de toda la comunidad”, enfatizó el CGN, que lidera el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Bruce Mac Master.
De igual manera, hizo un llamado al Gobierno nacional para tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los colombianos y a las autoridades judiciales para que adelanten las correspondientes investigaciones y judicialicen a los responsables de estos hechos.
Finalizó al decir que “reiteramos el respaldo a nuestra fuerza pública y nuestro compromiso de continuar trabajando con el Ministerio de Defensa en la construcción de acciones integrales y efectivas que aseguren la protección y vida de todos los ciudadanos”.
Comerciantes exigen acciones urgentes
Asimismo, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), Jaime Cabal, lamentó lo que sucedió en dichas poblaciones. Manifestó que la difícil situación de orden público que afecta al departamento del Cauca exige acciones en defensa de la población y en respaldo oportuno de los policías y militares que se encuentran en la zona.
“Miranda, Corinto y Morales, en el Cauca, y Jamundí, en Valle del Cauca, han sufrido el asedio de grupos armados que han sacrificado vidas de civiles y de miembros de la fuerza pública. Nuestra solidaridad y oraciones están con las familias de las víctimas del terrorismo y con los habitantes de las zonas afectadas”, escribió Cabal en X (antes Twitter).
Insistió en que el compromiso permanente de los soldados y policías debe ser reconocido, debido a que ellos representan la legitimidad democrática del Estado colombiano.
Fue enfático al decir que el Gobierno nacional debe garantizar que las Fuerzas Militares y de Policía cuenten con los medios tácticos y de apoyo necesarios para cumplir con su misión, que es la protección de todos los colombianos.
“El ejercicio de la soberanía, especialmente en zonas martirizadas por la delincuencia, requiere de la acción constante y contundente del Estado”, finalizó Jaime Cabal.
Reacción inmediata del Ministerio de Defensa
Por su parte, el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, lamentó los problemas de seguridad en el Cauca y en el Valle. Precisó que crece el hurto, crece secuestro (70% primeros ocho meses del 2023) y crece la extorsión (20% según la Defensoría del Pueblo.
“Es urgente reaccionar Ministerio de Defensa”, resaltó. También, apuntó que “todo esto, además de que nos devuelve en nuestra propia historia, comprueba que la ‘paz total’ hace agua, demuestra incapacidad de control del territorio y afecta la economía. Insisto es urgente reaccionar”.
Cese de hostilidades
Por ahora, ante lo sucedido en el Valle y el Cauca, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, informó que no habrá pacto para un nuevo cese de hostilidades con las disidencias del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc.
Manifestó que las acciones de este grupo terrorista, dirigido por Iván Mordisco, solo muestran que no tienen intenciones reales para avanzar en un proceso de paz.