El presidente de Taiwán, William Lai, se ha dirigido este domingo a las tropas taiwanesas con motivo del 100 aniversario de la fundación de su Academia Militar para insistir en que la isla de Taiwán y China «no están subordinadas la una a la otra», una idea que va en línea con sus discursos a favor de una isla independiente de Pekín, que a su vez considera el territorio taiwánes como una provincia en rebeldía.
«Insisto en que la República de China (Taiwán) y la República Popular China no están subordinadas la una a la otra, insisto en defender la soberanía nacional y la inviolabilidad de la anexión, en asegurar el futuro de Taiwán, la República de China. Trabajemos juntos para defender la soberanía nacional, salvaguardar la dignidad nacional y traer gloria y prosperidad al país», ha expresado Lai durante un discurso.
En ese sentido, ha hablado sobre la necesidad de defender al país frente al desafío del «fuerte ascenso de China», que pretende «destruir el ‘statu quo'» de la isla mediante su «anexión y eliminación».
«La misión más importante es asumir con valentía la gran responsabilidad de proteger Taiwán y mantener la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán. Solo con soberanía puede existir un país, y solo a través de Taiwán puede existir la República de China», ha añadido.
El mandatario taiwanés también ha criticado a aquellos políticos «derrotistas», criticando el lema de ‘la primera batalla será la última batalla’, que hace referencia a un colapso de Taiwán al inicio de una invasión del Ejército chino.
«En la actualidad, la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán no solo atraen la atención de la comunidad internacional, sino que son un elemento necesario para la seguridad y la prosperidad mundiales», ha agregado.
Cabe destacar que la semana pasada, Lai expresó que, según el Derecho Internacional, Taiwán es un país independiente y que China debe aceptar su existencia, según declaró durante una entrevista con la revista Time.
«La República Popular China debe reconocer que la República de China existe. (…) Dado que en Taiwán tenemos nuestros propios ciudadanos, tierras, soberanía y Gobierno desde hace décadas, según el Derecho Internacional, ya somos un país soberano e independiente. Mi objetivo es unir al pueblo de Taiwán», aseveró.
Desde Pekín, las autoridades chinas han reiterado en numerosas ocasiones que la independencia de Taiwán no será tolerada y que no descartarán el uso de la fuerza para impedir la secesión. Los vínculos entre China y la isla de Taiwán, a la que considera una provincia más bajo su soberanía, se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran al archipiélago. Las relaciones se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de los 80.