Barcelona, 22 may. (EFE).- El presidente catalán en funciones, Pere Aragonès, ha urgido este miércoles al Parlament resultante de las elecciones del pasado 12 de mayo a acordar un nuevo modelo de financiación para Cataluña, ya que «el país lo necesita», ha sostenido.
En una conversación con el presidente del Cercle d’Economia, Jaume Guardiola, en el marco de la 39ª Reunión de esta entidad económica, Aragonès ha advertido: «O hay un acuerdo clave y significativo para un cambio en la financiación de Cataluña o la Cataluña de los 8 millones (de habitantes) no la podremos pagar».
Antes de los comicios, Aragonès hizo pública su propuesta de financiación «singular», inspirada en los modelos vasco y navarro, que contempla la recaudación y gestión de todos los impuestos y una suerte de «cupo» para sufragar inversiones estatales.
Esta ha sido una de las cuestiones que ha puesto sobre la mesa de cara a los últimos comicios, en los que ERC retrocedió de 33 a 20 diputados, lo que llevó al todavía president a anunciar que abandonará la primera línea política.
Con todo, los 20 votos de ERC pueden ser decisivos de cara a una eventual investidura del socialista Salvador Illa.
En este marco, Aragonès se ha mostrado confiado en que «uno de los acuerdos» que surjan del Parlament que se debe constituir el 10 de junio «esté especialmente focalizado en la gestión de los recursos».
«O hay un cambio estructural en el modelo de financiación o el sostenimiento del sistema del bienestar será muy difícil», ha apuntado.
En el marco de la investidura de Pedro Sánchez, ERC pactó una serie de compromisos con el PSOE -unos «acuerdos sólidos», en palabras de Aragonès- que el próximo Govern deberá encargarse de aplicar o supervisar.
En materia económica ha citado la quita parcial de unos 15.000 millones de deuda con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el traspaso de Rodalies -que es de «una altísima complejidad», ha dicho- y los 150 millones anuales que deben salir de las arcas del Estado para el sistema de investigación y conocimiento catalán.
Ha asegurado que la economía catalana es hoy una economía «robusta» y que puede afrontar «con mayor solidez» los retos que tiene por delante que la que encontró cuando se hizo cargo del ejecutivo.
También ha hecho referencia a su apuesta por «el diálogo y la negociación» con el Estado, inicialmente «atacada e incomprendida» pero que hoy forma parte de la «centralidad política» en Cataluña.
Ha hecho mención a la amnistía, que es «absolutamente necesaria», y también a la necesidad de que se avance en línea con el «acuerdo de claridad» que él ha propuesto para dar salida al conflicto político catalán.
En este sentido, ha pedido que se reconozca «la legitimidad de los dos proyectos políticos» y que «las etapas» que deben venir se construyan a partir del «consenso» y sin que ninguna de las partes deba renunciar a sus planteamientos.
El president en funciones, que ha evitado posicionarse sobre pactos postelectorales ni entrar a valorar los malos resultados de ERC, ha asegurado que acometerá «un buen traspaso» de poderes hacia el próximo jefe del ejecutivo.
Ha hecho un llamamiento, en este sentido, a «reforzar las instituciones» para no dar alas a la extrema derecha, que ha ganado fuerza tras las últimas elecciones catalanas.
«El populismo de extrema derecha se beneficia de la pérdida de prestigio de las instituciones (…) Sobre todo es la institución lo que nos hace fuertes», ha dicho. EFE
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