La escalada del conflicto en la Franja de Gaza y los límites para la entrada de la ayuda humanitaria han agravado en los últimos meses la situación humanitaria en este territorio y, según la ONU, a mediados de julio ya serán más de un millón los gazatíes que padecerán una situación alimentaria límite, equiparable a la hambruna, y su vida por tanto correrá peligro.

Un informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) refleja que ya hay personas muriendo de hambre en Gaza. A mediados de marzo, los expertos ya estimaron que a finales de mayo dos zonas del norte de Gaza padecerían condiciones de hambruna y la situación no ha mejorado desde entonces.

Las agencias de la ONU reclaman el cese de los combates, el «pleno acceso» de la ayuda humanitaria y la restauración de los «servicios esenciales» para evitar una catástrofe aún mayor y que amenaza con tener otras ramificaciones regionales, por ejemplo en Siria o Líbano.

Declarar la hambruna conlleva revisar una serie de criterios geográficos y estadísticos, pero Naciones Unidas insiste en que no se puede esperar a tener la etiqueta para actuar.

En este sentido, la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain, ha advertido de que, en cualquier contexto, «una vez que se declara la hambruna, es demasiado tarde», puesto que «muchas personas ya han muerto de hambre». Ha recordado que la formalización de esta declaración en Somalia en el año 2011 llegó cuando ya habían fallecido más de 100.000 personas.

La ONU cita en su informe un total de 18 escenarios en los que prevé que la situación pueda empeorar entre junio y octubre, bien por contextos de conflicto o en previsión de fenómenos como ‘El Niño’. Además de Gaza, entre los lugares donde se requieren medidas «urgentes» figura Malí, Sudan del Sur, Sudán y Haití.

En el caso de Sudán, la guerra civil iniciada en abril de 2023 ha terminado de exacerbar las ya de por sí frágiles condiciones humanitarias, hasta el punto de que 18 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda, entre ellas 3,6 millones de niños. La hambruna amenaza a núcleos de Darfur, Kordofán, Gezira y Jartum, mientras que preocupa además la situación de los refugiados y retornados a países vecinos.

La ONU señala que en Sudán del Sur el dato de personas en una situación límite casi se ha duplicado con respecto al mismo periodo del año pasado, hasta situarse en unas 100.000, si bien más de 7 millones padecen al menos algún grado preocupante de inseguridad alimentaria.

«ACTUAR ANTES DE LAS CRISIS»

Para atender las graves carencias alimentarias a nivel global, el PMA y la FAO piden tanto voluntad política como recursos. Advierten de que 2023 fue el primer año desde 2010 en que la financiación humanitaria retrocedió, pese a representar a nivel global la segunda mayor cifra desde que existen registros.

El director general de la FAO, Qu Dongyu, espera que el informe sirva como «una llamad de atención», en la medida en que considera que la anticipación es la clave para impedir el sufrimiento de la población. «Actuar antes de las crisis puede salvar vidas, reducir la falta de alimentos y proteger las formas de vida, con costes mucho menores que los de no responder a tiempo», ha aseverado.