Efectista, pero con efectos berretas: la sangre no parece sangre. Los brazos, los dedos cortados y demás descuartizamientos causan más sonrisas que asco. Navegación de entradas Toneladas de dólares, cracks que vuelven jóvenes y (ahora) rigor táctico: por qué en las últimas seis Copas Libertadores la alegría es sólo brasileña Solo Almodóvar puede retratar la muerte con colores vivos