La fiscal ha elevado a dieciocho años y diez meses de prisión la petición de condena para el asesino confeso de una joven de 20 años, hija de su expareja y con quien mantenía una relación sentimental en secreto a pesar de tener una orden de alejamiento respecto a la chica por amenazas a su madre.

El juicio por jurado popular ha quedado este martes visto para sentencia con los informes de las partes. En su escrito de acusación, la fiscal solicitaba dieciséis años y nueve meses por un delito de homicidio y otro de quebrantamiento de condena.

En el trámite de conclusiones, la representante del Ministerio Fiscal ha modificado su escrito y ha elevado la pena al calificar ahora los hechos de un delito de asesinato, con agravante de parentesco y una atenuante por los episodios de ansiedad que sufre. Además, se reclaman diez meses de cárcel por quebrantamiento de condena.

En su declaración, el acusado se limitó a responder que sí a las preguntas formuladas por su abogado, con lo que ha reconocido todos los hechos que le atribuye la Fiscalía de Madrid. Sin embargo, no se le preguntó cuál fue el móvil del asesinato.

El asesino confeso fue condenado hace dos años como autor de un delito de amenazas que le prohibía acercarse a su expareja a menos de 500 metros durante 22 meses. R. J. Z. Q. estuvo compartiendo domicilio con su entonces pareja sentimental E. M. B. C., y desde mayo de 2021 comenzó a vivir con ellos la hija de la mujer que había venido a España desde Perú.

Al poco tiempo, el procesado y la hija comenzaron una relación sentimental que mantuvieron en secreto y de la que E. M. B. C. no se apercibió. Pese a que el acusado tenía ya la prohibición de acercarse o comunicar con ambas mujeres, el 23 de diciembre de 202 realizó cuatro llamadas a E. R. C. desde su teléfono y otra más al día siguiente desde el teléfono de su compañero de piso.

Ese mismo día, y el 26 de diciembre, logró reunirse con ella para entregarle dinero, comida y una carta manuscrita en la que le pedía perdón.

El 28 de diciembre R. J. Z. Q. volvió a reunirse con E. R. C. y tras permanecer juntos toda la mañana se desplazaron al domicilio del acusado. Una vez allí el acusado, «con ánimo de acabar con la vida de la mujer», le atacó con un objeto causándole varias heridas que le produjeron la muerte por shock hemorrágico.