Madrid, 4 jun (EFECOM).- La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tardará varios meses en concluir su análisis sobre la posible fusión del BBVA y el Banco Sabadell en caso de que prospere la opa, incluso aunque no sea necesario ir más allá de la primera fase de estudio.
La CNMC, como explica en su propia web, vigila las concentraciones entre empresas porque pueden aumentar el riesgo de conseguir más poder de mercado o aumentar precios y este tipo de operaciones, por lo general, quedan suspendidas hasta que Competencia las autoriza.
Tras un segundo intento fallido de compra, el BBVA anunció el pasado 9 de mayo que lanzaría una opa con la intención de tomar el control del Banco Sabadell e integrarlo posteriormente en su grupo.
Esa oferta de compra dirigida directamente a los accionistas del Sabadell requiere el visto bueno previo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y del Banco de España, pero como el BBVA aspira además a integrar en su grupo la participación que adquiera, el banco necesitará también la autorización de Competencia.
El pasado viernes 31 de mayo, el BBVA pidió a la CNMC su aprobación, pero Competencia tardará varios meses en analizar el impacto en el mercado de esa posible fusión que, por otro lado, necesita el plácet final del Ministerio de Economía.
Una vez presentada la solicitud por parte del BBVA, la CNMC comenzará su estudio y la Ley de Defensa de la Competencia plantea el procedimiento de control de concentraciones en una o dos fases.
En la primera fase, que en teoría dura un máximo de un mes, al que hay que sumar las posibles suspensiones, la CNMC analizará la operación y su consejo decidirá si la fusión debe ser autorizada (con o sin compromisos) o si, por el contrario, exige un análisis más detallado.
La mayoría de operaciones se aprueban en esta fase, reconoce la propia CNMC. Así sucedió, por ejemplo, con la fusión de CaixaBank y Bankia, la mayor operación de concentración de la historia financiera de España, que recibió el visto bueno, aunque con condiciones, en esta primera fase, que se alargó durante cuatro meses.
Sin embargo, si la CNMC detectara en la posible fusión del BBVA y el Sabadell problemas de competencia que requieren un mayor análisis, se pondría en marcha una segunda fase, con un análisis más minucioso todavía que, normalmente, incluye la consulta a terceros interesados.
El consejo de la CNMC es quien decide si la concentración debe ser autorizada o si requiere que se apruebe sujeta a los compromisos que propone el comprador para que autoricen su operación.
En el caso de que los compromisos no fueran suficientes para resolver los problemas de competencia que la CNMC identificara, su consejo puede imponer condiciones que complementen o, incluso, que sustituyan los compromisos propuestos por el comprador.
Ahora bien, si no existen compromisos o condiciones que permitan resolver los problemas de competencia identificados, la CNMC podría llegar a prohibir la concentración.
Durante 2022, Competencia llevó a cabo 102 resoluciones de concentraciones, la cifra más elevada desde 2016: solo tres de ellas pasaron a segunda fase; cuatro se aprobaron con compromisos; dos se remitieron a la Comisión Europea; cuatro se archivaron; y las 89 restantes se autorizaron en primera fase y sin compromisos.
Con la entrada en vigor de la Ley de Defensa de la Competencia de 2007, se limitó considerablemente la intervención del Gobierno en el control de las operaciones de concentración.
La autorización de las operaciones corresponde en exclusiva a la CNMC y únicamente si una determinada operación se prohíbe o si se subordina a compromisos durante la segunda fase, el Ministerio de Economía podría decidir elevarla al Consejo de Ministros.
En ese supuesto, en el plazo de un mes, podría desviarse de la propuesta de la CNMC, aunque nunca por criterios de competencia sino de otra índole, como la seguridad nacional, la protección del medioambiente o la promoción de la innovación, por ejemplo.
No obstante, aunque la CNMC aprobara la posible fusión del BBVA y el Sabadell en la primera fase, el Gobierno cuenta con una disposición adicional en la ley de solvencia bancaria que deja en manos del Ministerio de Economía el visto bueno final.
Y hasta el momento, el titular de esta cartera, Carlos Cuerpo, ha mostrado en reiteradas ocasiones su rechazo a la integración del Sabadell en el grupo BBVA. EFECOMCOM
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