Protagonista de gran parte de las tramas de esta edición de ‘Supervivientes’ y tan amado como odiado, Kiko Jiménez se encuentra ya en España tras su expulsión definitiva del reality. El pasado jueves la audiencia decidía que el novio de Sofía Suescun dijese adiós a la aventura tras 89 días dándolo todo en Honduras, pero todavía le quedaba una última oportunidad.

Se medía en un duelo final contra Blanca Manchón para ocupar el puesto que dejó libre Ángel Cristo Jr. con su expulsión disciplinaria. Tres días de convivencia con la windsurfista, que finalmente era la elegida por el público este domingo para volver a incorporarse a la convivencia con el resto de concursantes.

Descolocado tras su expulsión y sin poder contener las lágrimas al decir adiós a los Cayos Cochinos, Kiko ponía rumbo a casa, y esta madrugada ha aterrizado en Madrid con la mejor de sus sonrisas. Una vez asumido que la audiencia no ha entendido su manera de ‘agitar la isla’ para dar contenido -nos puede gustar más o menos, pero el de Jaén nos ha regalado algunos de los grandes momentos de la edición y durante parte del concurso creíamos que sería el ganador- se ha dejado ver tranquilo y relajado, sin poder contener la risa al escuchar las preguntas de Europa Press a su llegada.

Tradición ya, la organización de ‘Supervivientes’ ha recibido a Kiko con unos maxi auriculares para que continúe aislado de la realidad hasta que esta noche reaparezca en el plató de ‘Tierra de nadie’ con Carlos Sobera. Algo que no ha impedido que el televisivo, con gorra para intentar pasar desapercibido, reaccione risueño y divertido a las preguntas sobre cómo será su relación con Laura Matamoros tras el reality o qué le parece que haya surgido el amor entre su suegra Maite Galdeano y su compañero Rubén Torres.