El eurodiputado electo Luis 'Alvise' Pérez Fernández, líder de la agrupación Se Acabó la Fiesta (d), en el Congreso de los Diputados, a 1 de julio de 2024, en Madrid. (Eduardo Parra/Europa Press)
El eurodiputado electo Luis ‘Alvise’ Pérez Fernández, líder de la agrupación Se Acabó la Fiesta (d), en el Congreso de los Diputados, a 1 de julio de 2024, en Madrid. (Eduardo Parra/Europa Press)
(Eduardo Parra – Europa Press/)

El líder de Se Acabó la Fiesta, Luis ‘Alvise’ Pérez cobró 100.000 euros en metálico de un empresario de criptomonedas para financiar su campaña electoral durante las europeas y esquivar la ley de financiación de partidos, según una información adelantada por elDiario.es.

Así lo asegura en un escrito dirigido a la Fiscalía General del Estado el empresario Álvaro Romillo ―más conocido como ‘Alvaro Cryptospain’―, fundador de Madeira Investment Club, un chiringuito financiero denunciado por la CNMV que comparte vínculos con el eurodiputado, y que cerró repentinamente la semana pasada tras ser investigado por la Audiencia Nacional.

Según la misma información, la entrega de los 100.000 euros a Alvise tuvo lugar a las 16 horas del 27 de mayo en las oficinas de Sentinel BQ, una empresa de seguridad asociada a MIC. Según describe la compañía en su página web, esta empresa posee cajas fuertes reforzadas y permite el traspaso de criptomonedas a dinero en metálico ―y viceversa― con el “100% de confidencialidad”. El ahora eurodiputado confirmó en un mensaje de texto al empresario que había recibido el dinero.

Pagos secretos para no ser detectado por el Tribunal de Cuentas

El objetivo de Alvise, según puede leerse de las conversaciones difundidas, era obtener financiación privada sin dejar rastro a Hacienda. Las donaciones anónimas a partidos políticos están prohibidas en España, y todas las contribuciones que superen los 25.000 euros deben ser notificadas al Tribunal de Cuentas en un plazo de tres meses desde su aceptación.

Esta normativa es la ley de financiación de partidos, que busca garantizar la transparencia y evitar la influencia indebida en la política. Además, la ley establece que los partidos políticos no pueden aceptar donaciones de personas jurídicas y limita las donaciones de una misma persona a un máximo de 50.000 euros anuales.

Pero Alvise quiso burlar esta normativa y así lo manifestó. Entre sus “necesidades” comunicadas al empresario, el agitador ultra pidió “entre 300.000 y 360.000 euros” para conseguir, textualmente, “fondos que no requieran ser controlados por el Tribunal de Cuentas” y financiar así seis actos, logísticas, propaganda y publicidad para llegar a la Eurocámara. Después añadió que la ley de financiación de los partidos no le dejaba “aportar dinero de su bolsillo”.

Alvise admite también que necesitaba ese dinero para “afrontar multas”, según él por “revelación de secretos de Estado” y para llevar a cabo su promesa de sortear su sueldo de eurodiputado, la medida estrella del líder de SALF. Se Acabó la Fiesta obtuvo en la campaña europea 800.000 votos, lo que le permitió obtener tres asientos en el Parlamento Europeo.

Alvise y Madeira Investment Club

La relación entre el líder de SALF y el fundador del club fallido de inversiones comenzó a finales de marzo de este año, según la documentación entregada a la Fiscalía. Más de un mes después, Alvise anunció en su canal de Telegram que se presentaba a las elecciones europeas de junio y reveló algunas de sus grandes promesas, como el sorteo de su sueldo.

El 25 de mayo, Romillo creó cuatro monederos digitales para recaudar fondos de sus seguidores. Casi al instante, Alvise difundió las direcciones de pago a través de su canal de Telegram, que contaba con casi medio millón de seguidores. “Ante las limitaciones bancarias, las ardillas se organizan en el mundo crypto”, escribió el ahora eurodiputado.

Un día después, el fundador de MIC le informó que ya había recaudado poco más de 7.000 euros, pero Alvise consideró que la cantidad no era suficiente para cubrir los gastos de su campaña hacia el Parlamento Europeo. “¡Qué bueno! Pero va demasiado lento. El tiempo me come para los pagos de la campaña”, le respondió Alvise. Al día siguiente, el líder de Madeira Investment Club le comunicó que podía recoger 100.000 euros en efectivo en las oficinas de Sentinel en Madrid.

Las conversaciones aportadas a la Fiscalía revelan que las criptomonedas y los canales confidenciales de financiación fueron, desde el principio, el gran interés común entre ambos. Alvise tardó apenas unos días en comentar la posibilidad de abrir monederos virtuales para canalizar el dinero. “Tu discurso es absolutamente idéntico al mío contra el Estado y por eso quiero apoyarte”, afirmó Alvise en uno de los mensajes aportados al Ministerio Público, en los que también se mostró dispuesto a promocionar su empresa Sentinel.