Alberto Toro tiene 22 años, pero esta será ya la tercera final de la Champions League en la que verá al Real Madrid en directo. “He estado en Lisboa, en París y ahora en esta”, dice. A todas ellas ha ido con su familia. “Mi padre es quien me ha inculcado el madridismo. Soy socio del Madrid desde que nací y he estado yendo al campo desde 2005″. Por ello, en cuanto el club se clasificó para la final -de manera agónica y con remontada, como es su costumbre últimamente-, comenzaron a planear el viaje a Londres. “Empezamos a ver combinaciones para tener todos los planes cubiertos, y cuando nos confirmaron las entradas -el equipo ha tenido 24.610 localidades para el partido, de las que sorteó 18.982 entre los socios- ya habíamos decidido la mejor vía”.
No ha sido un viaje sencillo: las seis personas de su grupo salieron el jueves por la tarde de Madrid a Barcelona en coche, pasaron la noche allí “en un hostal súper cutrillo, pero que para dormir cumplía su función”-, se levantaron al día siguiente a las 4 de la madrugada y cogieron un avión a las 7:30 hacia Gatwick, desde donde todavía hay casi dos horas a Londres. En el camino, sufrieron un incidente: “A mi madre se le rompió el móvil, y es quien tenía las entradas, porque la UEFA sólo te deja tener las entradas a través de la app UEFA Tickets”. En el centro de ayuda, vieron que no estaban solos: había decenas de personas con problemas con la aplicación y muchas dudas para resolverlos. ”Nos explicaron que a los que atendían sólo les habían dado un curso unas horas antes de abrir las puertas”, afirma.
Te puede interesar: Cuánto cuestan las entradas para ver la final de la Champions en las pantallas gigantes del Bernabéu
Pero al final todo se solucionó, y este sábado al mediodía Toro y su familia se encontraban ya en la fan zone del Real Madrid. “Hay muy buen ambiente, aunque yo veo muchos más alemanes que españoles. Pero hemos estado en un bar, y ellos cantan sus canciones y luego nosotros las nuestras, y está todo muy tranquilo”.
Como él, hay cerca de 25.000 aficionados del Real Madrid -unos 20.000 con entrada y el resto sin ella- que han viajado a Londres para ver el partido, ya sea en el estadio o en la fan zone que ha habilitado la UEFA en la zona de Victoria Embankment, a las orillas del Támesis, y que lleva abierta desde las 11.00 horas en la capital británica. A ellos hay que añadir los miles de españoles que viven en la ciudad -192.990 residentes inscritos, aunque obviamente el censo no detalla cuántos son madridistas-, y que probablemente se sumarán a la fiesta en gran número.
Marea blanca en Londres
Las escenas desde esta mañana en las calles londinenses eran las habituales en un encuentro de esta envergadura: los carteles en las calles, los grupos de personas con camisetas blancas o amarillas -también se calcula la presencia de cerca de 25.000 aficionados alemanes con entrada y puede que el mismo número sin ella-, los cánticos, los litros de cerveza y la expectación. De momento, la jornada se ha desarrollado sin incidentes.
“La gente está charlando mucho, empezando a beber cerveza… Se la ve feliz”, dice Jaime Partearroyo, un fotógrafo de 41 años que también ha ido con su padre. Para él, será su primera final. “Nos tocó la entrada para la de Kiev, pero la rechazamos porque el traslado era casi inviable, los aviones costaban un pastizal. Y ahora cuando nos tocó, mi padre dijo: ‘Esta no se nos escapa’”, cuenta.
Te puede interesar: Los momentos más emblemáticos del Real Madrid en la Champions
Su traslado, sin embargo, tampoco ha sido fácil. Aunque las aerolíneas han aumentado su capacidad -Iberia ha programado estos días 73 vuelos entre Madrid y Londres, 19 más de lo habitual-, la fuerte demanda ha disparado los precios. Los vuelos de ida y vuelta para este fin de semana superaban ya los 1.000 euros. Es lo que ha pagado Jaime para llegar al aeropuerto de Southend, a casi 60 kilómetros de la capital. “Ha sido un poco de jaleo, llegamos con retraso… Ha habido un poco de desorganización en este sentido”. La vuelta la harán desde Cardiff -a más de tres horas en coche– cuando termine el partido, pero su principal problema son las maletas: “Nos habían prometido que podríamos dejarlas en el autobús, pero al final no es posible, así que tendremos que llegar pronto a Wembley para ver qué hacemos con ellas”, señala.
Todo merecerá la pena, claro, si el Real Madrid gana el partido. “Ante estos pequeños inconvenientes, el avión, el hotel, las maletas, uno decía: ’Yo lo único que quiero es que nos den la copa, volver a casa y a tomar por culo’”, destaca Jaime entre risas.
En la fan zone, el ambiente era de fiesta: carpas de comida y bebida, un DJ y un escenario por el que han ido pasando figuras históricas del equipo español, como su presidente de honor, Pirri, y ex jugadores como Iker Casillas, Roberto Carlos, Raúl y Arbeloa.
Esta tarde, las mareas blanca y amarilla comenzarán a desplazarse hacia Wembley. La UEFA ha recomendado ir en metro -que queda a unos 20 minutos a pie- y ha desaconsejado el taxi, debido al tráfico y al cierre de algunas carreteras. “Nosotros llegaremos pronto, para ver si a las 18 horas ya estamos en el estadio. Como se puede beber -en los pasillos, no en las gradas, aprovecharemos para tomar una cerveza”, cuenta Alberto Toro.
Los dos aficionados creen que ganará el Madrid -Jaime dice 2-1 y Alberto 1-0-, pero mantienen la prudencia. ¿Hay exceso de confianza entre los madridistas? “No es malo tener confianza”, asegura Jaime. “Yo estoy muy nervioso, creo que va a ser un partido muy igualado”, opina Alberto. En unas horas, saldremos de dudas.