El primer ministro británico, Keir Starmer, ha celebrado que Reino Unido y Estados Unidos hayan llegado a una «posición fuerte» sobre el conflicto en Ucrania tras su reunión con el presidente Joe Biden, dirigida a debatir las peticiones de Kiev de utilizar misiles de largo alcance contra territorio ruso.

«Ha sido una buena invitación del presidente (Biden), hemos tenido una reunión muy productiva y hemos llegado a una posición fuerte. Estoy muy contento de que hayamos mantenido estas conversaciones», ha señalado sobre el encuentro en unas declaraciones a la prensa recogidas por la agencia de noticias alemana dpa.

Starmer ha descrito sus conversaciones con Biden como «largas y productivas», pero no ha desvelado si se ha tomado alguna decisión sobre el posible uso por parte de Ucrania de armamento occidental contra objetivos rusos.

Previamente, la Casa Blanca afirmó que «no hay cambios» en esta política. «Yo no esperaría un anuncio hoy sobre capacidades de ataque de largo alcance dentro de Rusia», señaló el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.

El mandatario británico ha subrayado que el encuentro no trataba sobre «una capacidad concreta». «Ese no fue el motivo por el que nos reunimos hoy. Fue para darnos el espacio y el tiempo de tener una discusión de modo que las decisiones tácticas puedan verse dentro de una estrategia más amplia», ha explicado.

Estas conversaciones se han producido después de que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se reuniese a principios de esta semana con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores británico, David Lammy, para insistir en la necesidad de que suministren misiles de largo alcance a las Fuerzas Armadas ucranianas y les permitan lanzarlos contra posiciones rusas.

«Espero que después de nuestra conversación no quede ninguna pregunta sin respuesta sobre por qué Ucrania necesita suficiente capacidad de largo alcance», afirmó Zelenski.

Blinken y Lammy anunciaron más ayuda financiera para Ucrania, incluido un paquete de 717 millones de dólares (algo más de 646 millones de euros) de Estados Unidos y 788 millones de dólares (unos 710 millones de euros) de Reino Unido para cubrir las necesidades inmediatas humanitarias, energéticas y de estabilización.

Starmer ha señalado al presidente ruso, Vladimir Putin, que es «quien debe poner fin» al conflicto. «Solo hay una razón por la que estamos teniendo estas discusiones, y es que Putin ha invadido ilegalmente Ucrania, y la forma más rápida de resolver esto, obviamente, pasa por lo que Putin haga realmente, porque es él quien debe poner fin a esto», ha afirmado.

En este sentido, Starmer ha negado que la necesidad de debilitar al mandatario ruso en unos meses se deba a la posibilidad de una victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre: «No, creo que si se observa tanto la situación ucraniana como la de Oriente Próximo, es obvio que en las próximas semanas y meses se producirán acontecimientos potenciales realmente importantes, sean cuales sean los calendarios de otros países».

«Y por eso quería tener esta oportunidad de hablar directamente con el presidente (Biden) sobre esas decisiones en los próximos meses, pero para asegurarme de que esas decisiones estuvieran, por así decirlo, encuadradas en el pensamiento estratégico más amplio que compartimos en relación con Ucrania, Oriente Medio y el Indo-Pacífico», ha relatado.

A este respecto, Biden ha destacado que «no hay ningún asunto de trascendencia mundial en el que Estados Unidos y Reino Unido no puedan trabajar juntos y en el que no hayan trabajado ya». Asimismo, ha agradecido a Starmer su «liderazgo» en las discusiones sobre Ucrania y ha reiterado su «apoyo inquebrantable» con este país para «defenderse de la agresión rusa».

Preguntado por las declaraciones del presidente ruso sobre una posible guerra con la OTAN si autorizan los ataques de largo alcance, Biden ha asegurado que «no pienso mucho en Vladimir Putin», y ha dicho que no será éste sino «el pueblo de Ucrania» quien «prevalecerá en esta guerra».

En un comunicado, ha expresado además su «profunda preocupación» por el envío de misiles balísticos a Rusia por parte de Irán –una medida por la que el Gobierno de Estados Unidos ya ha impuesto sanciones– y por el apoyo de China a «la base industrial de defensa rusa».