Test de alcoholemia (Shutterstock)
Test de alcoholemia. (Shutterstock)

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha confirmado este jueves que el Gobierno español ha asumido como propia la propuesta de la Dirección General de Tráfico (DGT) y estudia llevar al Congreso una iniciativa para rebajar la tasa de alcohol en sangre permitida, pasando de los actuales 0,5 para los particulares y 0,3 para los profesionales al 0,2 para todos los conductores. En este sentido, desde Interior han asegurado que el Ejecutivo está preparando un real decreto para reformar el Reglamento General de Circulación con el fin de mejorar la protección de los usuarios vulnerables en las carreteras, en el que también se incluye una modificación de su artículo 20, el cual regula la tasa de alcoholemia.

Marlaska ha señalado, durante su intervención en el Desayuno Informativo de Forum Eruopa, que su departamento apuesta por este cambio atendiendo a la petición de las asociaciones afectadas por la “violencia vial”, que ha dejado 241 fallecidos en el balance de este pasado verano. “En más de la mitad de los siniestros aparece alcohol o drogas como determinante”, ha subrayado para justificar la medida.

Por este motivo, el ministro se ha mostrado partidario de “abordar el debate” que incluye tanto la reducción de las tasas de alcohol como los cursos voluntarios para recuperar puntos del carnet. La futura puesta en marcha de estos últimos es el argumento que ha esgrimido Marlaska para defender la merma de los puntos que se puede recobrar mediante los cursos de reeducación vial.

De igual manera, Marlaska ha hecho un balance de la reducción paulatina de las muertes en carretera desde que se impulsó el carné por puntos, con un nivel actual de 36 fallecidos por millón de habitantes frente a la media de la Unión Europea fijada en 47 muertos. El reto ahora, ha dicho, es equiparnos a países como Suecia, Dinamarca y Alemania.

A la vanguardia de Europa

De concretarse finalmente la reducción de la tasa de alcoholemia, España se uniría al grupo de los países europeos más estrictos en cuanto al consumo de alcohol a la hora de ponerse delante de un volante. En la actualidad, según datos proporcionados por Interior, solo Estonia, Polonia y Suecia exigen a todos los conductores, tanto particulares como profesionales, una tasa máxima de 0,2 gramos por litro de alcohol en sangre.

Por su parte, son cuatro los miembros de la UE en donde para no ser sancionada la tasa debe ser igual a 0,0 para ambos tipos de conductores: Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía. Mientras que Lituania, Alemania, Croacia, Eslovenia e Italia exigen el cero absoluto únicamente a los profesionales.

Por contra, entre los países más permisivos de la Unión Europea, que permiten el 0,5 tanto a los particulares como a profesionales, se encuentran Bulgaria, Dinamarca y Finlandia. En este grupo también habría que colocar a Francia y Letonia, con la salvedad que entre los profesionales discrimina a los conductores de autobuses, a quienes solicita no superar el 0,2.