El expresidente de Fiduprevisora, John Mauricio Marín, brindó sus declaraciones sobre su renuncia en una entrevista con Noticias Caracol. Su salida ocurre en medio de tensiones con el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, en torno a la implementación de un nuevo modelo de atención para los maestros.
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Marín reveló que las diferencias técnicas con el Ministerio de Salud comenzaron a surgir con la implementación de la “asistencia técnica del Ministerio de Salud” en diciembre. Marín indicó que “a partir de diciembre, se crea una figura que es la asistencia técnica del Ministerio de Salud. El Ministerio empieza a hacer unas recomendaciones que la Fiduprevisora no comparte”.
Marín detalló que, aunque el nuevo modelo de atención se puso en marcha el primero de mayo del 2024 con el objetivo de eliminar intermediaciones y corregir los incentivos negativos del sistema de salud, la relación con el Ministerio se deterioró rápidamente.
“A partir del mes de diciembre…nos causó sorpresa”, manifestó Marín al referirse al debate de control político en la Comisión Sexta del Senado, donde el Ministerio de Salud asumió la defensa de la Fiduprevisora, en lugar de actuar en conjunto.
La renuncia de Marín generó especulaciones sobre si fue una decisión voluntaria o forzada. Aunque el exfuncionario aseguró que se trató de una dimisión por motivos personales, en sus declaraciones dejó entrever las fricciones existentes con el ministro Jaramillo. “El carácter técnico lo obliga a veces a uno a decir: ‘hasta aquí’”, afirmó.
El modelo de atención a maestros que se había empezado a implementar buscaba “eliminar las intermediaciones y corregir los incentivos perversos en el sistema de salud”, según lo expuesto por Marín.
Sin embargo, enfatizó que las instrucciones seguidas por la Fiduprevisora provienen del consejo directivo y están plenamente documentadas. “Son las instrucciones que da el consejo directivo y está absolutamente documentado e implementado por la Fiduprevisora”, declaró.
Al preguntarle directamente si el ministro Jaramillo fue la “piedra en el zapato” que causó su salida, Marín contestó de manera rotunda: “Yo, más bien, creo que la piedra en el zapato soy yo”. Esta afirmación reflejó las tensiones y desacuerdos técnicos que llevaron a su renuncia. Marín explicó que hubo situaciones de malestar técnico y diferencias insalvables.
“Obviamente causó malestar, en el asistente técnico y en algunos componentes del gobierno”, mencionó, reafirmando que las acciones de la Fiduprevisora se realizaron con base en criterios eminentemente técnicos.
Marín reiteró que las diferencias se agudizaron en el momento más crítico, específicamente en el debate en la Comisión Sexta del Senado. Este evento marcó un punto de inflexión y sorpresa para Fiduprevisora, ya que esperaban que el Gobierno se mantuviera unido en la exposición del nuevo modelo de atención a maestros.
“El debate a la Fiduprevisora se lo resultó haciendo el Ministerio de Salud”, enfatizó, detallando la desconexión y el impacto negativo en la relación institucional.
Por otra parte, en entrevista con La FM, Marín indicó que la disputa tarifaria fue crucial para la negativa de las IPS (Instituciones Prestadoras de Salud) a atender a los maestros. Explicó que el problema se originó desde el momento en que se establecieron los precios fuera de competencia por parte del Ministerio de Salud.
“El asistente, es decir, el Ministerio de Salud, le pasa a la Fiduprevisora un manual tarifario. De esta manera, se supone que la Fiduprevisora no tiene sino una vicepresidencia, es decir, el Fomag”, señaló. Este manual tarifario fue interpretado como no competitivo por las IPS, que comenzaron a rechazar a la población objetivo, los maestros.
Además, Marín indicó que el rechazar las tarifas fuera de competencia no fue inmediato, pues se necesitó tiempo para que las IPS comenzaran a notar discrepancias significativas entre las tarifas propuestas y las del mercado. Como resultado, poco a poco, las IPS empezaron a limitar su servicio, lo que afectó gravemente la atención médica de los docentes.
La principal queja de las IPS es que las tarifas propuestas no se alinean con los precios de mercado, lo cual provocó un rechazo sistemático a atender a los maestros. El problema se agravó al punto de que ninguna IPS estaba dispuesta a prestar sus servicios bajo las condiciones tarifarias impuestas. “Todas las IPS empezaron a decir que estábamos fuera de los precios del mercado”, subrayó Marín.