La que fuera presidenta de ADIF en la época de la pandemia, Isabel Pardo de Vera, ha sostenido este viernes desde el Senado que no conocía a la empresa vinculada a la trama Koldo antes de contratar con ella hasta cinco millones de mascarillas. A su vez, ha dicho que ella no eligió a esta sociedad, sino que solamente firmó el contrato en base a sus competencias.

Ante preguntas de los grupos en la comisión de investigación del Senado sobre las ramificaciones del caso Koldo, la ex presidenta de ADIF ha explicado que ella personalmente no eligió ninguna empresa para la contratación de material sanitario, sino que firmó con su equipo la declaración de emergencia en función de sus competencias.

En este contexto, Pardo de Vera se ha remitido a la declaración que realizó este jueves en la comisión del Senado el jefe de personal de ADIF, en la que explicó el procedimiento por el cual encomendaron a este organismo público la contratación de mascarillas y cómo acabaron firmando la declaración de emergencia con la empresa vinculada al caso Koldo.

Como ya hiciera este jueves su jefe de personal y el ex presidente de Puertos del Estado, Pardo de Vera también ha explicado que el Ministerio de Transportes les encomendó la contratación de mascarillas porque disponían de tesorería y por su conocimiento en esta materia de contratación.

NO LA CONOCÍA

En cualquier caso, al ser preguntada por el senador del PP Luis Santamaría por esta empresa, Pardo de Vera ha recalcado que no conocía a esta sociedad vinculada a la trama Koldo y no sabía si era del ex asesor de José Luis Ábalos o de Víctor de Aldama, al que ha dicho que sí que conocía.

Al respecto, Pardo de Vera ha declarado que sí que vio a Víctor de Aldama alguna vez en la tercera planta del Ministerio, aunque desconocía su «presunta vinculación» con esta empresa, de la que no había oido hablar.

Con todo, ha querido dejar claro que la presión por parte del Ministerio de la que habló ante la UCO la enmarca en un contexto del «momento dramático» de la pandemia del coronavirus, en el que todos se ejercían una autopresión para conseguir las mascarillas.