El presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, ha acusado este martes a los partidos de la oposición de «inflar hasta el absurdo» el incidente con la foto de Aurora Picornell y ha expresado su deseo de «pinchar esta burbuja».

En el pleno que debate su destitución, Le Senne se ha defendido desde el atril y se ha mostrado «alegre» de poder intervenir por primera vez como un diputado más.

Le Senne ha comenzado dirigiéndose a Mauricio Rovira (PP), que preside el pleno, como vicepresidente y ha lamentado que el pleno tenga que abordar este asunto en lugar de tratar la inmigración ilegal, la inseguridad ciudadana, el envejecimiento de la población y la crisis de natalidad, la crisis institucional y la falta de oportunidades para los jóvenes y el precio de la vivienda.

El presidente de la Cámara ha hecho un relato cronológico de los hechos y ha asegurado que la socialista Mercedes Garrido «le animó a expulsarla».

Según Le Senne, cuando Garrido abandonó el pleno «alargó la mano para cerrar el ordenador con normalidad». El presidente ha insistido en que «no dio ningún manotazo».

El de Vox ha admitido que visto ahora con perspectiva tendría que haber pedido al personal de la Cámara para «acabar con la soflama de Garrido».

Para el presidente, la oposición ha organizado «un circo que han estirado durante más de dos meses» y les ha acusado de animar a sus «huestes» a gritar «Gabriel Le Senne, puto nazi» a la puerta del Parlament.

«No soy un fascista, así llaman ustedes a todo aquel que se les opone», ha afirmado Le Senne, que se ha mostrado emocionado en gran parte de su intervención.

«No odio a nadie. Mi problema no fue con Aurora Picornell sino con Mercedes Garrido y Pilar Costa. A ellas tampoco las odio», ha concluido.