32. Esa cantidad de partidos disputó Ángel Di María entre 2014 y 2015 en su única temporada con la camiseta del Manchester United. Para contextualizarlo, es el club donde menos jugó, incluso comparado con los 39 duelos disputados con la camiseta de Rosario Central en sus inicios. Y su paso sin éxito por Inglaterra posee un apuntado por el protagonista: su entrenador de ese entonces, Louis van Gaal.

En más de una oportunidad, Di María ha expresado opiniones negativas con el DT al que se enfrentó en los cuartos de final del Mundial 2022 con la selección argentina. La relación nunca mejoró, sino todo lo contrario. Y así quedó demostrado en un anticipo de la entrevista brindada a ESPN, en la cual fue consultado por los mejores tres técnicos que tuvo a lo largo de su carrera y Fideo contraatacó por la negativa: “El peor es van Gaal, eso te lo aseguro. No tengo ninguna duda, ya te la tiro antes”.

El origen del conflicto entre el extremo del Benfica y el neerlandés inició en la estadía de ambos en los Diablos Rojos, que había desembolsado USD 78 millones por su pase al Real Madrid. En charla con TyC Sports, el campeón del mundo analizó su arranque positivo y puntualizó en una pelea que modificó radicalmente el vínculo: “En todo momento él me mostraba lo negativo, las cosas malas, y todo eso me iba tirando para atrás. Hasta que llegó un día que me peleé, que le dije que no quería verlas más, que estaba haciendo las cosas bien, que por qué no me mostraba las cosas buenas. No le gustó cómo se lo dije y a partir de ahí empezó el problema. Ganamos 3-0, hacía un gol y una asistencia y al otro día me llamaba y me mostraba videos de los pases que erraba. Así constantemente. Yo dije: ‘Bueno, erro pases, ¿qué le voy a hacer? No me pongas si no me querés poner’. Y así empezaron las discusiones, yo venía jugando bien y me limpió de un día para el otro”.

Disputó 32 compromisos con el elenco de Manchester y marcó 4 goles sumados a 11 asistencias con un equipo que terminó cuarto en la Premier League, cayó eliminado en los cuartos de final de la FA Cup y perdió en la segunda ronda de la Copa de la Liga contra el MK Dons, cuadro que militaba en la Tercera Categoría. Fue vendido en 2015 al París Saint-Germain por una cifra cercana a los USD 70 millones, pero nada cicatrizó las heridas.

* Otro extracto de la entrevista a Ángel Di María

En diciembre de 2022, en la previa al cruce contra Argentina por la Copa del Mundo, van Gaal se refirió a esta rispidez y declaró que Ángel Di María “tenía muchos problemas personales”. “Es un buen jugador de fútbol. Le habían entrado a la casa a robar y eso también afectó a su nivel de rendimiento en esa temporada. Que me haya tildado del peor entrenador de su historia… es uno de los pocos jugadores que lo ha dicho”, completó.

De vuelta al presente, Di María habló de distintos temas en esos breves segundos que dio a conocer ESPN. En ese apartado, asomaron las lágrimas por el recuerdo de sus peores momentos en la selección argentina, cuando era reprobado por el público y ahora es aclamado por los hinchas: “Las ovaciones que recibí en los últimos años fueron inolvidables para mí, y para mí familia. No lo necesitaba yo, sino que lo necesitaban más ellos. Lo dijo muchas veces mi mujer, que ella estaba en la cancha y escuchar que me puteaban o que estaban mi viejo y mi mamá escuchando y sufriendo… Es lo que a uno le hace mal, le lastima. Pero ahora el poder escuchar las ovaciones, al final es lo que me hace feliz. Que mi vieja y mi viejo escuchen ahora ‘Di María’ o ‘Fideo, Fideo…’ es lo más grande que hay. Ya está. No quería más nada, no pedía más nada que eso y lo tuve al final. Para mí, es lo más lindo”.

“Llegamos a finales y no se logró. Siempre se chocó contra la pared y no se podía derrumbar. Me hacía la presión yo mismo en cada partido. Era mi peor enemigo”, añadió sobre las definiciones adversas ante Alemania (Mundial 2014) y Chile (Copas América 2015 y 2016). En consonancia, manifestó que las lesiones sufridas en instancias decisivas lo golpearon “mucho más que las finales” y añadió: “En Argentina, si no ganás, sos un fracasado”.

Por último, cerró con la posibilidad que le otorgó el fútbol de ser compañero del mejor jugador del mundo, como así también estar a las órdenes del campeón en México 1986: “El haber podido jugar con Leo y el tenerlo a Diego como entrenador, ya está”.