El asesinato de un líder juvenil, confirmado como asesinado por disidentes de las Farc, evidencia un preocupante patrón de violencia y reclutamiento - crédito Ernesto Guzmán / EFE / Cortesía a Cambio
El asesinato de un líder juvenil, confirmado como asesinado por disidentes de las Farc, evidencia un preocupante patrón de violencia y reclutamiento – crédito Ernesto Guzmán / EFE / Cortesía a Cambio

Angélica Soler, madre de David Fernández Soler, un joven líder de la primera línea durante el estallido social de 2021 en Colombia, se embarcó en una desesperada búsqueda de su hijo desde el 26 de noviembre de 2022, cuando el joven salió de su hogar, en el barrio Kennedy de Bogotá.

Su desaparición rápidamente, generó angustia y preocupación en su familia y amigos. A los pocos días de la desaparición de David Fernández Soler, su madre, Angélica, recibió llamadas anónimas de una mujer que le aseguraba que su hijo estaba bien y le pedía que no lo buscara más.

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Estas misteriosas llamadas solo avivaron más la incertidumbre de la familia. A la búsqueda se sumaron varios colectivos estudiantiles, que conocían a David por su activismo y su cercanía pública a figuras políticas, como el presidente Gustavo Petro, la vicepresidenta Francia Márquez, Gustavo Bolívar y otros miembros del Pacto Histórico, según lo informó la Unidad Investigativa de El Tiempo.

La familia recibió inquietantes llamadas anónimas, mientras amigos y colectivos intensifican la búsqueda en medio de amenazas y rumores - crédito archivo suministrado a El Tiempo
La familia recibió inquietantes llamadas anónimas, mientras amigos y colectivos intensifican la búsqueda en medio de amenazas y rumores – crédito archivo suministrado a El Tiempo

En medio del desespero, el 7 de junio de 2023, David se comunicó con su madre por última vez. “Él me llamó a las 5:40 de la mañana diciendo que se había escapado y que había caminado toda la noche. Que estaba en la casa de un campesino y que lo estaba ayudando en Caquetá”, relató Angélica.

Durante esa llamada, David expresó que había huido porque lo obligaban a hacer cosas que no quería y que se encontraba escondido en la vereda Guacamayas, en San Vicente del Caguán.

Pasaron meses hasta que una foto de David Fernández comenzó a circular en redes sociales, en la cual aparecía con un fusil en los Llanos del Yarí (Caquetá), en el mismo evento donde resurgieron los cabecillas del autodenominado Estado Mayor de las disidencias de las FARC.

Amigos y allegados de David creen que las disidencias lo reclutaron a la fuerza bajo el pretexto de protegerlo de paramilitares que lo perseguían en Bogotá. “Lo perseguían por Bogotá”, señalaron.

La situación dio un giro trágico hace 48 horas cuando ‘Iván Mordisco, uno de los líderes de las disidencias, divulgó un video donde afirmó que David había sido “ajusticiado” por el ala controlada por su ahora enemigo alias ‘Calarcá’, por haber desertado de la guerrilla.

Angélica Soler dejó claro que su hijo no se unió voluntariamente a los grupos armados: “Mi hijo no los buscó, a él lo buscaron. Él no se estaba refugiando, (en la guerilla) como dicen”. Añadió que las amenazas no provenían de paramilitares, ya que estos hubiesen actuado instantáneamente en lugar de sembrar el miedo con alertas previas, según informó El Tiempo.

La familia Fernández Soler ha solicitado al gobierno verificar la versión presentada por alias ‘Iván Mordisco’, en conversaciones con el medio ya menciondao.

Angélica, además, ha intentado comunicarse en múltiples ocasiones con el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, sin éxito alguno. “Me tiene muy indignada el señor Gustavo Petro y la señora Francia Márquez porque ya van a ser dos años y esta es la hora que nada. Él (David Fernández) les colaboró el 99 por ciento en la campaña de ellos y ni siquiera me han llamado para echarme la madre”, dijo desolada Angélica en referencia a la falta de respuesta de los líderes políticos.

Una luz de esperanza pareció brillar brevemente cuando Gustavo Bolívar, actual director del Departamento Administrativo de la Prosperidad Social, contactó a Angélica para concretar una reunión tras la llamada de su hijo en junio; sin embargo, Bolívar nunca acudió a la cita.

Ante la búsqueda constante de respuestas, Angélica también trató de establecer comunicación con la senadora María José Pizarro, “amiga cercana” de su hijo. Sin embargo, nunca obtuvo una respuesta. Pese a la falta de contacto directo, Pizarro publicó en redes sociales un mensaje de condena hacia el crimen: “Él sin sentido y la degradación de la guerra que debemos superar. Mi profundo rechazo a este crimen injustificable. No más jóvenes para la guerra”.