Una compañía ferroviaria privada está reteniendo ilegalmente trenes de Amtrak en una línea que va de Nueva York a Nueva Orleans, según una demanda presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos el martes en un tribunal federal en DC, la primera de este tipo en 55 años.
Norfolk Southern controla casi 385 kilómetros de la línea de 2.219 kilómetros, llamada Crescent Route, y está a cargo de despachar trenes de carga y de pasajeros. La ley federal exige que la compañía dé preferencia a los trenes de Amtrak. Pero según la demanda, Norfolk Southern ha detenido a los pasajeros, a veces durante horas, para permitir el paso de sus trenes de carga, más largos y más lentos. Solo alrededor del 24% de los trenes de Amtrak en la ruta llegan a tiempo, según la demanda y las propias auditorías de Amtrak.
Los retrasos le cuestan millones de dólares a Amtrak; además de reducir el número de pasajeros, causan problemas con la tripulación y la asignación de vagones de tren. Una auditoría de 2019 determinó que solo alrededor del 46% de los trenes de larga distancia de Amtrak llegan a tiempo y que los ferrocarriles de carga eran responsables de alrededor del 60% de los retrasos. La mayor parte de las vías propiedad de Amtrak se encuentran en el Corredor Noreste, donde el rendimiento es mucho mejor.
En un comunicado, el portavoz de Norfolk Southern, Tom Crosson, dijo que la compañía está “comprometida a cumplir con la ley, trabajar juntos y honrar nuestros compromisos”, y agregó que los retrasos se han reducido en los últimos meses.
El Crescent circula dos veces al día, una al norte en dirección a Nueva York y otra al sur en dirección a Nueva Orleans. El tren pasa por Maryland, DC y Virginia; es al sur de Alexandria donde Norfolk Southern se hace cargo de las vías. Según Amtrak, en 2023 viajaron en la ruta Crescent unos 272.000 pasajeros, aproximadamente el promedio para un tren de larga distancia.
Cuando se creó Amtrak en 1970, las compañías ferroviarias ya no estaban obligadas a prestar servicios de pasajeros en todo Estados Unidos, pero a cambio tenían que contratar a Amtrak y dar prioridad a sus trenes de pasajeros en sus líneas ferroviarias. Amtrak ha acusado reiteradamente a las compañías ferroviarias de violar esa ley, afirmando que las infracciones provocan aproximadamente 15.000 horas de retrasos al año.
La mayoría de los retrasos se producen al sur de Atlanta, según el Departamento de Justicia, donde los trenes circulan por una sola vía y Northern Southern prefiere el mantenimiento de la carga a la velocidad de los pasajeros. La empresa, una corporación de Virginia con sede en Atlanta, opera trenes de carga que son demasiado largos para detenerse y dejar pasar a los trenes de Amtrak.
En enero, un tren de Amtrak se vio obligado a seguir a un tren de carga de Norfolk Southern que se desplazaba lentamente durante varios kilómetros en las afueras de Nueva Orleans, lo que provocó un retraso de casi una hora, según la demanda. En febrero, un tren de Crescent se retrasó 80 minutos en las afueras de Atlanta porque un tren de carga estaba bloqueando el acceso a la plataforma de la estación, según la demanda. El año pasado, un retraso fue de casi dos horas, ya que los pasajeros esperaban a que un tren de carga se recargara en Mississippi.
Los clientes de Amtrak han sido “sometidos a demoras inaceptables, innecesarias e ilegales”, dijo el secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, en un comunicado, calificando el cumplimiento de la ley de 1973 que da prioridad a los trenes de pasajeros como “desigual en el mejor de los casos”. Solo una vez antes, el Departamento de Justicia había utilizado una demanda para hacer cumplir la ley: en 1979, en la ruta Sunset Limited de Nueva Orleans a Los Ángeles.
“Esta acción crítica del Departamento de Justicia ayudará a garantizar que nuestros clientes lleguen a sus destinos a tiempo”, dijo el director ejecutivo de Amtrak, Stephen Gardner, en un comunicado. Amtrak ha recibido una importante inyección de dinero durante el mandato del presidente Biden, que solía viajar a Washington en tren. Pero su capacidad de expansión es limitada porque la gran mayoría de las vías ferroviarias del país son propiedad de empresas de transporte de mercancías privadas.
El año pasado, el Departamento de Justicia también demandó a Norfolk Southern por los enormes daños ambientales causados por el descarrilamiento de uno de sus trenes de carga en East Palestine, Ohio. La demanda se resolvió por aproximadamente USD 310 millones.