Desde el presidente Javier Milei hasta numerosos dirigentes de la provincia de Buenos Aires no perdonaron el rol del gobernador Axel Kicillof, luego de que la empresa YPF confirmara que el proyecto para construir una planta de Gas Natural Licuado (GNL) se ejecutará en la provincia de Río Negro.
Tanto Buenos Aires como Río Negro llevaban meses compitiendo por ofrecer mejores condiciones para que la inversión, que involucra 30 mil millones de dólares, se radique en sus jurisdicciones. Finalmente, según los primeros desprendimientos de la decisión, la rápida adhesión al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) por parte del gobernador rionegrino, Alberto Weretilnek, fue determinantes en la definición.
“No hay tal cosa como un almuerzo gratis. El socialismo es siempre y en todo lugar un fenómeno hambreador y asesino. La competencia por comparación ha hecho una contribución enorme al País o una nueva versión aplicada a las inversiones de votar (invertir) con los pies de Tiebout”, escribió en su perfil de X, el jefe de Estado, conocido el desenlace.
Antes, había reposteado numerosos mensajes de dirigentes bonaerenses que cuestionaron la posición adoptada por Kicillof, quien rechazó desde un principio adherir al RIGI, mecanismo que fue impulsado por el gobierno nacional.
“¿Contento Kicillof? Por tu capricho ideológico de no adherir al RIGI, la provincia de Buenos Aires se pierde una inversión multimillonaria que generaría miles de puestos de trabajo”, escribió el diputado de La Libertad Avanza (LLA) en la legislatura bonaerense, Agustín Romo. El presidente replicó ese mensaje.
La intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, fue escueta pero contundente al referirse al tema: “Gracias a Kicillof los bonaerenses cada vez más pobres”. indicó en su perfil de X.
El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, en tanto, se sumó a los cuestionamientos a la estrategia elegida por el gobernador. “La provincia de Buenos Aires se pierde una inversión que estaba destinada a nuestro territorio por la falta de condiciones adecuadas y compromiso político del gobernador Axel Kicillof”.
La disputa se arrastra desde hace meses. El gobierno bonaerense argumentó que la localidad de Bahía Blanca era el destino que tenía la instalación de la planta para transformar en el gas que proviene de Vaca Muerta en GNL y habilitar su exportación. Incluso aseguran que las inversiones ya habían comenzado.
Sin embargo, el gobierno de Río Negro se esforzó por ofrecer mejores condiciones para la estabilidad de una inversión considerada la más grande de la historia en infraestructura en energía del país. El gobernador Weretilnek apuró la adhesión al RIGI a comienzos de julio, algo que, por una decisión política, el gobierno de Kicillof rechazó.
En paralelo, el oficialismo bonaerense buscó ofrecer una alternativa que les permita sostener su posición política, aprobando en la legislatura provincial un proyecto similar al RIGI, adaptado a las condiciones del Estado bonaerense. Ese proyecto no prosperó, mientras la oposición local presionaba para la adhesión lisa y llana al régimen nacional.
En medio de ese entredicho, el directorio de YPF anunció este martes 30 de julio que el proyecto se realizará en Sierra Grande, provincia de Río Negro.
“El peor ministro de economía de la historia. El peor gobernador de la historia. Cómo se esfuerza para destacarse”, publicó en su perfil de X, el diputado porteño Ramiro Marra. Fue otro de los mensajes que el presidente Milei replicó.
“Es imperdonable que Kicillof, por su locura ideológica y sus mezquindades políticas, nos haya hecho perder a los bonaerenses semejante obra. Es tan grave esta falla que debería renunciar”, dijo el economista Felipe Nuñez, palabras que Milei hizo suyas en las redes sociales.
La construcción de la planta prevé una inversión superior a los 30 mil millones de dólares, y apunta a exportar GNL en barcos por una cifra similar hacia el año 2031. La planta es la instalación necesaria para transformar el gas y hacerlo exportable por medio de barcos, los mismos que hoy importa el país y que generaron un fuerte gasto de dólares del Tesoro y el BCRA