Debido a las lluvias que se han presentado en zonas de México que presentan sequía de moderada a excepcional, ésta ha disminuido un 20 porciento, de acuerdo con lo señalado en el Informe del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas, de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
A través de un comunicado, el organismo puntualizó que del 1 al 15 de julio de 2024, el área en México con sequía de moderada a excepcional disminuyó de 73.79 % a 51.22 %, debido a las lluvias propias de la temporada y las generadas por diversos fenómenos meteorológicos, según informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), de la propia CONAGUA, durante la sesión del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas (CTOOH).
El SMN también indicó que, del 29 de junio al 28 de julio, se acumularon 164.3 milímetros de precipitación, lo que representa 32.4 por ciento más lluvia que la habitual, de acuerdo con los registros obtenidos de 1991 a 2020.
Señaló que las lluvias también han generado un impacto en las temperaturas, pues del 22 al 28 de julio no se superó algún récord histórico. Sin embargo, como ocurre habitualmente en verano, se registraron más de 45 grados Celsius en regiones de Baja California, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.
En contraste, las temperaturas mínimas, menores a 5 grados Celsius, se observaron en zonas puntuales de Chihuahua, Durango, Estado de México y Puebla.
Respecto a la Temporada de Lluvia y Ciclones Tropicales 2024, el SMN dio a conocer que, de los 20 a 23 sistemas estimados para el ciclo en el océano Atlántico, en las dos semanas más recientes no se desarrolló alguno, por lo que el número de los ocurridos se mantiene en tres: Alberto, Beryl y Chris.
En tanto, en el Pacífico, Bud se agregó a la lista iniciada con Aletta. Con esto, en esta cuenca se han formado dos de los 15 a 18 pronosticados para el ciclo actual en esta región.
Desde el año 2022, debido a la sobreexplotación de los mantos acuíferos y a la crisis climática que afecta a todo el mundo, México ha padecido una sequía prolongada que, a su vez, arrastra una crisis hídrica sin precedentes en la historia de la nación.
Esta situación ha provocado la disminución significativa de los niveles de agua en presas y cuerpos de agua naturales, impactando en la disponibilidad de agua para consumo humano, actividades agrícolas e industriales. Estados como Nuevo León, Chihuahua y Sonora son algunos de los más afectados, enfrentando incluso restricciones en el suministro de agua potable.
Esto también ha afectado a la producción de granos y vegetales, ya que ha provocado que los alimentos de la canasta básica mexicana se encarezcan debido, entre otros factores, a su escasez por no existir medios ambientales y de recursos necesarios para poder cultivarlos. Alimentos como las hortalizas, chayote y otros frutos han sido los más afectados.
Sin embargo, las lluvias han traído consigo una renovada esperanza, ya que han ayudado no sólo a mitigar las altas temperaturas, sino que han ayudado a llenar los más importantes embalses del país, contribuyendo a que el almacenamiento de agua incremente.