El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha mostrado convencido de que no hay «absolutamente nada» que se pueda reprochar a la actividad profesional de su mujer, Begoña Gómez, que está llamada a declarar al juzgado este viernes por presuntos delitos de corrupción y tráfico de influencias.
Además, dice que hay poderes «alineados» con una «estrategia judicial de acoso y derribo» contra su Gobierno y contra él porque la derecha no fue capaz de gobernar tras las generales del 23J por las medidas que ha venido aprobando.
Al ser interrogado sobre si hay algo en la actividad de su mujer que más allá de ser considerado delito pueda ser reprochable, Sánchez ha zanjado: «No hay nada», según ha indicado en una entrevista en Cadena SER, recogida por Europa Press.
El líder socialista pidió sobre este tema «tranquilidad y confianza, porque no hay nada», al tiempo que cargó contra el PP de Alberto Núñez Feijóo: «que el PP esté situando esto como uno de los principales elementos de su oposición demuestra que no tienen nada», insiste.
RECURSOS DE SU MUJER SIN RESPONDER
Además se ha quejado de que Gómez ha presentado varios recursos para conocer cuáles son los motivos por los que el juez la cita este viernes 5 de julio que están «aún por responder». «Y estamos a la espera», ha apuntado a continuación.
Sánchez considera que las actuaciones contra su mujer responden a una «estrategia judicial de acoso y derribo» contra él, que se produjo después de las elecciones generales del pasado verano en las que la derecha no consiguió mayoría suficiente para gobernar.
«Yo tengo muy claro, no soy ingenuo, por qué hacen esto. El 23 de julio ellos intentaron, desde el punto de vista político, acabar con este Gobierno de coalición progresista y hay poderes claramente alineados con una estrategia judicial de acoso y derribo a este gobierno, o a mi persona como presidente del Gobierno, por defender las cosas que defiendo», sostiene.
UN CASO DE MÁQUINA DEL FANGO «DE LIBRO»
En este sentido dice que quieren acabar con su Ejecutivo porque defiende una política territorial «de convivencia», por defender una política laboral «de dignidad para los trabajadores y políticas progresistas que la derecha y la ultraderecha pone en cuestión donde gobiernan.
Considera por tanto que está ante un caso «de libro» de lo que ha venido denominando como la máquina del fango porque, según relata, hay un «pseudosindicato ultraderechista» que plantea una denuncia «con bulos y desinformación». Posteriormente los «pseudomedios digitales» propagan esos bulos y a continuación PP y Vox «pedalen sobre la nada, sobre el fango».