El actual presidente de Mauritania, Mohamed Uld Ghazuani, ha logrado una amplia victoria en las elecciones presidenciales celebradas en el país tras conseguir un 56,12 por ciento de los votos, si bien algunos políticos opositores ya han acusado al mandatario de fraude electoral, por lo que no reconocerán los resultados.
La victoria de Uld Ghazuani se ha producido por un largo margen respecto al segundo candidato, el destacado opositor, Biram Dah Abeid, presidente de la Iniciativa para el Resurgimiento del Abolicionismo (IRA-Mauritania) y Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2013, quien se ha hecho con el 22,10 por ciento de los votos, según datos de la Comisión Electoral de Mauritania con los datos actualizados al 100 por ciento del escrutinio.
Poco antes de la publicación definitiva de los votos, el propio Dah Abeid ha rechazado los mismos al acusar a la Comisión Electoral de «atraco electoral», según ha recogido el portal de noticias mauritano Cridem. El mismo candidato realizó la misma denuncia en las elecciones de 2019.
Asimismo, Balla Touré, un político cercano al candidato opositor El Id Mohameden Mbareck (de Unión de Fuerzas de Salvación, UFS), también ha hablado sobre actos «hostiles» durante la campaña presidencial, y ha cuestionado el sistema de gestión electoral por contradecir los valores democráticos. Mbareck ha sido apoyado por el 3,57 por ciento de la población.
Por su parte, el ministro de Interior mauritano, Mohamed Ahmed Uld Mohamed Lemine, ha informado sobre un intento de «desestabilización abortado» por parte de un grupo de personas que apoyaban a «un candidato presidencial» cuyo objetivo era «alterar el orden» de la jornada electoral, según la agencia de noticias AMI.
«Se ha observado que algunos movimientos racistas conocidos por ser hostiles a la unidad nacional han aprovechado las olas de las elecciones presidenciales para alcanzar sus viles objetivos. También se ha observado que turbas, oportunistas y adolescentes engañados, afiliados a un candidato en particular, han intentado, a lo largo del día, en algunas zonas de la capital, perturbar el ambiente de tranquilidad y seguridad, mediante disturbios tales como quema de neumáticos, perturbación del tráfico, intento de intimidar a ciudadanos pacíficos y daños a sus bienes», ha expresado durante una rueda de prensa.
Mauritania celebró el sábado unas elecciones presidenciales en las que un total de seis candidatos intentaron derrotar a Uld Ghazuani, cuyo partido se impuso ampliamente en las parlamentarias celebradas en 2023, cuando se hizo con la mayoría absoluta del órgano legislativo.
Las elecciones son consideradas clave para consolidar el proceso democrático en Mauritania, un país mayoritariamente desértico con cerca de cinco millones de personas –lo que lo convierte en uno de los que tienen menor densidad de población del mundo– que vivió su primera transferencia política de poder en 2019 tras una sucesión de golpes de Estado entre 1978 y 2008, especialmente ante la creciente amenaza de la expansión del yihadismo en el Sahel, que hasta ahora no ha afectado a territorio mauritano desde 2011.