Esta deliciosa receta combina la cremosidad de una gelatina de leche con la acidez de la fresa, creando una explosión de sabores a la que nadie se podrá resistir.
Algunos de los beneficios de esta receta se encuentran en la leche, pues tiene proteínas de fácil asimilación, calcio, fósforo y diversas vitaminas como A, D, B2 y B12.
Estos componentes contribuyen a mantener huesos y dientes fuertes, disminuyendo el riesgo de osteoporosis y otras enfermedades óseas, de acuerdo con El libro blanco de la leche y los productos lácteos de La Cámara Nacional de Industriales de la Leche, organismo mexicano reconocido como representante de la Industria Lechera Mexicana.
Según diversos estudios, la ingesta de fresas previene la pérdida de memoria y el deterioro de las funciones del sistema nervioso, gracias a su riqueza en vitaminas A, B1, B2, B3, B6 y E. También puede disminuir el colesterol malo e incrementar el bueno, según Gustavo González Aguilar, profesor investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, centro público de investigación del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT).
Su consumo regular evita la acumulación de plaquetas o fibrina en los vasos sanguíneos, reduciendo la formación de coágulos. También tienen un alto contenido en vitamina C, superando a la naranja.
Cómo preparar esta deliciosa gelatina
Esta receta tiene una dificultad intermedia y está lista en 2 horas con 20 minutos. El postre es para 10 personas y cada porción tiene 268 kcal. Fue creada por Abraham Gómez N. y se encuentra publicada en la página Recetas Nestlé.
Si buscas disminuir las calorías puedes optar por versiones light y endulzar con azúcar light o edulcorantes líquidos.
Ingredientes
- 2 tazas de agua
- 2 cucharadas de canela molida
- 1 taza de arroz cocido
- 1 lata de leche condensada
- 1 lata de leche evaporada
- 4 sobres de grenetina (7 gramos cada uno) hidratados en ½ taza de agua y disueltos a baño maría
- 1 taza de fresas desinfectadas
- 1 taza de agua
- ½ taza de azúcar
Instrucciones para la salsa de fresa
- Licúa las fresas con el agua y el azúcar.
- Vierte la mezcla en una olla y calienta a fuego medio por 10 minutos mezclando constantemente,
- Enfría y reserva.
Instrucciones para la gelatina
- Licúa 2 tazas, la canela, el arroz, la leche condensada y evaporada.
- Con la licuadora encendida vierte lentamente la grenetina previamente disuelta.
- Vierte en un molde previamente engrasado y cubre con plástico adherente.
- Refrigera hasta que cuaje por completo.
- Desmolda la gelatina y decora con la salsa de fresas.
¿Cuál es el origen de la horchata?
Contrario a lo que muchas personas piensan, la horchata no es mexicana, sino de Valencia, España, donde se considera un elemento esencial de su patrimonio e identidad. El ingrediente con que se prepara es la chufa, tubérculo que se lava, tritura y se prensa para obtener la bebida, de acuerdo con información de la página especializada en el tema, Mis Horchatas.
Según la leyenda, el nombre de la bebida se originó cuando el rey Jaime I la probó por primera vez. Al quedar impresionado, preguntó qué era esa deliciosa bebida. Al responderle que era leche de chufa, el rey exclamó: «Açò no és llet, açò és or, xata!» (¡esto no es leche, esto es oro, chata!).
Otra versión es que el nombre tenga origen latino, pues según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), horchata proviene del latín “hordeata”, que significa “hecha con cebada”. Esto tiene mucho sentido, pues inicialmente la bebida era preparada con cebada, no con chufas.
Este tubérculo se remonta a la época prehistórica donde se cree que fue una de las primeras plantas cultivadas por los humanos, pues se han encontrado vasos con chufas y dibujos de ellas en las tumbas de los faraones egipcios.
Además, existen textos persas y árabes de alrededor del año 2400 a.C. que destacan las propiedades digestivas y desinfectantes de la chufa.
Cuando los árabes invadieron la península ibérica, trajeron con ellos este tubérculo y buscaron nuevas tierras donde cultivarla. Las tierras valencianas se mostraron muy fértiles, con el clima y la humedad adecuados. En el siglo XIII, la zona de Alboraya se estableció como la región responsable de la cultivación de la chufa en España. En aquel entonces ya se tomaba en forma de bebida, llamada «llet de xufes» (leche de chufas).
Cuando los españoles invadieron Latinoamérica compartieron la bebida con los pobladores; sin embargo, no llevaban las chufas necesarias para hacer esta bebida En su lugar optaron por utilizar arroz, almendras, trigo y otros cereales. Hoy en día la horchata de estos cereales sigue siendo una bebida muy popular en los países latinoamericanos.