Los fiscales de Goya Guillermo Barry y Juan Carlos Castillo dejaron de ser esta tarde los instructores del caso de la captación de Loan Danilo Peña, el nene de 5 años que desapareció el 13 de junio en la localidad de 9 de Julio, provincia de Corrientes. El expediente pasó a la Justicia Federal, justamente, porque ellos imputaron a 5 de los detenidos por el delito de captación de personas con fines de explotación: trata.
Barry y Castillo fueron claros en sus conceptos y marcaron como punto de inflexión en el caso el momento en los testimonios y lo registrado por los perros rastreadores. Fue cuando confirmaron que Loan no había salido del terreno de la casa de su abuela, que un policía les pasaba información trucha y que había rastros del niño en los dos vehículos de la pareja presa, compuesta por el capitán de navío (RE) Carlos Pérez y la ex funcionaria municipal María Caillava: los imputaron como coautores materiales de la captación de Loan.
“Nunca se dejaron de lado ninguna de las dos hipótesis, una relacionada a la pérdida y la otra, con que el niño haya sido llevado”, comenzó explicando Castillo. Para luego enfocarse en el momento en que se dieron cuenta de que les entorpecía la causa el comisario de 9 de Julio, Walter Maciel, ahora preso y acusado de encubrimiento por favorecimiento real, calificado por la gravedad del delito precedente y la calidad de funcionario público del autor, les metía.
“Entendíamos que había un entorpecimiento en la investigación de la búsqueda del menor”, dijo Castillo y agregó: “En las marchas, el comisario les daba citaciones a los vecinos para ir al Ministerio Público Fiscal para declarar algo por el hecho (cuando no sabían nada). Ante semejante agravio ante nosotros, comprometía la línea de investigación y nos confundía”.
Barry en tanto lanzó sobre el tema: “Nos plantaron el botín, y sabemos que lo hicieron. Confiábamos en la información que nos daba”.
Barry dio detalles de cómo fueron cerrando la puerta de la hipótesis sobre un niño perdido: “El recorrido con los niños fue bastante esclarecedor”. No sólo lo que dijeron en Cámara Gesell sino durante la reconstrucción.
“Los llevamos al lugar y nos contaron todo el recorrido que hicieron. Lo más importante era ver por dónde perdieron de vista a Loan y, con esas manifestaciones, el panorama fue más claro: todos coincidían en la dirección que tomó cuando fue vista por última vez. Iba hacia la casa de la abuela”, describieron con detalle la clave del caso.
Es que allí se dieron cuenta de que a la izquierda de ese camino hacia la casa de la abuela había un alambrado y en línea recta un monte: “Difícilmente, un menor de 5 años que nunca fue al campo, no se frene, grite, llore, vuelva. Esa fue una pauta esclarecedora que deshabilita la hipótesis de la perdida”.
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