El secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha instado este lunes al ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, a evitar una escalada del conflicto en Oriente Próximo, en el marco de un aumento de las tensiones entre el Ejército israelí y el partido-milicia chií libanés Hezbolá después de casi nueve meses de combates en la frontera tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
«Ha subrayado la importancia de evitar una mayor escalada del conflicto y alcanzar una resolución diplomática que permita a las familias israelíes y libanesas regresar a sus hogares», ha indicado el portavoz de Blinken, Matthew Miller, a través de un comunicado tras el encuentro entre ambos en Washington.
Asimismo, el jefe de la diplomacia estadounidense ha abordado «los esfuerzos en curso» para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza que garantice la liberación de los rehenes y que «alivie el sufrimiento del pueblo palestino», mientras que ha abogado por tomar medidas «adicionales» para la protección de los trabajadores humanitarios.
También ha presentado a Gallant los «esfuerzos» diplomáticos en curso para promover la seguridad, gobernanza y reconstrucción en Gaza tras el conflicto, «enfatizando la importancia de ese trabajo para la seguridad de Israel». Por último, ha reafirmado el «férreo compromiso» de Washington con la seguridad de Israel».
El Ejército israelí y Hezbolá –respaldado por Irán y que cuenta con un importante peso político en Líbano– mantienen una serie de enfrentamientos desde el 8 de octubre, un día después de los ataques perpetrados por Hamás y otras facciones palestinas. Desde entonces, las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista, han notificado la muerte de más de 37.600 palestinos.
Las tensiones han ido al alza durante las últimas semanas y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió recientemente de que el Ejército israelí «está preparado para una acción muy poderosa» en la frontera con Líbano. En respuesta, el ‘número dos’ de Hezbolá, Naim Qassem, avisó de que una expansión del conflicto derivaría en «devastación y destrucción» en Israel.