OceanGate
Documentos y entrevistas revelan negligencias del CEO de OceanGate, Stockton Rush

El 18 de junio de 2023, el sumergible Titan de la empresa OceanGate se sumergió para explorar los restos del famoso Titanic y sufrió una catastrófica implosión en la que murieron las cinco personas que estaban a bordo. Este desastre conmocionó al mundo entero y planteó serias preguntas sobre la seguridad y las decisiones tomadas por los líderes de OceanGate.

A un año del desatre, Wired reveló documentos internos y entrevistas con ex empleados que cuadran una imagen perturbadora del entorno laboral de la empresa y las prácticas de su director ejecutivo, Stockton Rush.

OceanGate, una empresa privada fundada en 2009, se había establecido como un proveedor de servicios de exploración submarina, impulsada por el sueño de Rush de llevar a los turistas al naufragio del Titanic. Este ambicioso objetivo implicaba la construcción de un revolucionario sumergible tripulado capaz de sumergirse a profundidades extremas. Pero, ¿cómo fue la búsqueda de la gloria que llevó a decisiones que culminaron en una tragedia?

Una nueva visión de exploración submarina

En 2016, el Cyclops 2 estaba en pruebas en la Universidad de Washington en Seattle. Este modelo a escala de un nuevo sumergible de OceanGate se colgaba en una cápsula en las instalaciones de pruebas de alta presión del edificio. Diseñado con un innovador casco de fibra de carbono, el Cyclops 2 prometía ser más ligero y capaz de sumergirse más profundamente que los submarinos tradicionales.

Los ingenieros pusieron el modelo a prueba dentro de un tanque, elevando la presión para simular las condiciones en la profundidad donde se encuentra el Titanic (3.800 metros bajo el Océano Atlántico, con una presión de aproximadamente 6.500 psi). A los 73 minutos de iniciada la prueba y al alcanzar el nivel crítico de presión, el modelo implosionó. El edificio se estremeció violentamente y se emitieron ruidos fuertes que provocaron el temor entre los presentes. A pesar del fallo claro e indiscutible en el diseño, OceanGate continuó con la construcción de un sumergible a escala real basado en los mismos principios.

Stockton Rush - Sumergible Titan
Rush durante la entrevista de 2017

Stockton Rush, cofundador de OceanGate, soñaba con cambiar la manera en que el mundo veía la exploración submarina. Con una visión ambiciosa, quería llevar a turistas al lugar de descanso del Titanic y promover una nueva era de exploración marina. Rush había adquirido submarinos antiguos inicialmente, pero pronto comenzó a desarrollar un “nuevo y revolucionario sumergible tripulado” que usaba materiales innovadores como la fibra de carbono.

A medida que OceanGate avanzaba con la construcción del Cyclops 2, más tarde rebautizado como Titan, Rush subestimó repetidamente la importancia de las pruebas exhaustivas y las advertencias de los expertos. En su búsqueda de honores y logros, tomó atajos que finalmente resultaron fatales.

Decisiones arriesgadas e ignorancia de advertencias

Los documentos filtrados y las entrevistas con ex empleados detallados por Wired revelaron una cultura empresarial preocupante en OceanGate. Empleados señalaron que quienes cuestionaban las decisiones de sus superiores eran considerados demasiado cautelosos y, en algunos casos, eran despedidos. Sus porpios empeladoa acusarpn a Rush de haber mentido en repetidas ocasiones sobre los progresos y problemas críticos del Titan, incluyendo fallos en su diseño y construcción.

En marzo de 2018, Will Kohnen, un experto en la industria, redactó una carta firmada por más de 30 profesionales, instando a Rush a someter el Titan a pruebas realizadas por un grupo externo. Sin embargo, Rush ignoró estas advertencias y afirmó que las regulaciones de la industria solo obstaculizaban la innovación.

Días después, Mark Negley de Boeing también advirtió a Rush sobre el alto riesgo de una falla significativa al alcanzar profundidades de 4.000 mil metros y dijo: “Creemos que existe un alto riesgo de sufrir una falla significativa al llegar a los 4.000 metros o antes. No creemos que tengas ningún margen de seguridad”. Negley proporcionó un análisis gráfico que mostraba una calavera y tibias cruzadas por debajo de los 4.000 metros, lo que evidenciaba el peligro. Sin embargo, Rush, guiado por su confianza y ambición, desestimó estas advertencias y respondió: “Titan y sus sistemas de seguridad van mucho más allá de cualquier cosa actualmente en uso.”

El interior del Titan (@SubCImaging)
El interior del Titan (@SubCImaging)

Problemas con el casco

Uno de los principales desafíos que enfrentó OceanGate fue la integridad del casco de fibra de carbono del Titan. A pesar de ser un material prometedor por su peso ligero y alta resistencia, la fibra de carbono nunca antes había sido utilizada en un sumergible que operaría a tales profundidades. Durante las pruebas iniciales, se descubrieron deformaciones significativas en el casco bajo compresión y en al menos una ocasión, una grieta extremadamente preocupante. Un piloto de OceanGate informó a Rush por correo electrónico: “La grieta es bastante grave.”

A principios de 2020, tras múltiples fallos y resultados insatisfactorios en las pruebas, OceanGate buscó nuevos contratistas para fabricar el casco. La empresa se asoció con Electroimpact y Janicki Industries para construir el nuevo casco, pero las pruebas continuaron fallando. En un intento desesperado por ahorrar tiempo y costes, se decidió saltarse las pruebas exhaustivas de los nuevos procedimientos y se fabricó el casco completo sin realizar suficientes pruebas previas.

La presión por los plazos y los costos llevó a la compañía a tomar decisiones aún más peligrosas. Rush dictaminó que los anillos de titanio del casco viejo se reutilizarían para el nuevo casco, a pesar de las advertencias de los empleados y expertos sobre los riesgos potenciales.

Stockton Rush muestra los controles de la nave
Stockton Rush muestra los controles del sumergible Titan

Improvisaciones con consecuencias fatales

Para 2021, OceanGate había añadido puntos de elevación metálicos a los anillos de interfaz del Titan, una decisión que pudo haber comprometido la integridad estructural del sumergible. Mientras que anteriormente se usaba una eslinga para levantar el submarino, evitando la presión sobre las uniones críticas, el nuevo método de izado no fue sujeto a suficientes pruebas y análisis.

A medida que se acercaba la temporada de buceo, OceanGate necesitaba desesperadamente ingresos de las misiones del Titanic. El Titan solo tuvo unas pocas inmersiones relativamente poco profundas en Puget Sound antes de ser transportado a Terranova para su primera inmersión exitosa en el Titanic en julio de 2021. A pesar de los éxitos iniciales, los problemas continuaron acumulándose, y la presión por cumplir con los plazos y justificar las inversiones se hizo más intensa.

Tripulantes Ocean Gate - Titan
Rush; Paul-Henri Nargeolet, Hamish Harding y Shahzada y Suleman Dawood

La inmersión final y el desastre

En junio de 2023, cinco personas se prepararon para una nueva inmersión al Titanic a bordo del Titan: Rush; Paul-Henri Nargeolet, un explorador de aguas profundas; el empresario Hamish Harding y un dúo de padre e hijo, Shahzada y Suleman Dawood. Durante la inmersión, el barco de apoyo perdió contacto con el sumergible y eso desencadenó una operación masiva de búsqueda y rescate que duró cuatro días.

Finalmente, se encontraron restos del Titan, y la Marina de los EEUU confirmó que había detectado sonidos “consistentes con una implosión” poco después de perder el contacto. La tragedia llevó a OceanGate a cesar todas sus actividades comerciales y de exploración y la Guardia Costera de Estados Unidos inició una investigación internacional para determinar las causas y responsabilidades de las muertes.

El desastre del Titan muestra los peligros inherentes de ignorar advertencias de seguridad y tomar atajos en la exploración de aguas profundas. La historia de OceanGate y Stockton Rush ejemplifica cómo la ambición desmedida y la desestimación de las regulaciones y advertencias pueden tener consecuencias devastadoras.

Los documentos filtrados y las entrevistas con ex empleados pintan un cuadro alarmante de una cultura empresarial donde la presión por el éxito comercial y la innovación llevó a decisiones imprudentes. Las repetidas advertencias de expertos como Will Kohnen y Mark Negley fueron ignoradas, y los fallos en las pruebas iniciales se pasaron por alto en un intento desesperado por cumplir con fechas límite cada vez más apremiantes.

Infografía submarino
Ignorar advertencias de expertos llevó a decisiones fatales en OceanGate