Ana Laborde ha sido galardonada con el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, correspondiente al año 2024, a propuesta del jurado reunido hoy. El premio, concedido por el Ministerio de Cultura, está dotado con 30.000 euros.

El jurado, por unanimidad, ha reconocido «su destacada contribución a la conservación y restauración del patrimonio cultural, sus enfoques innovadores en el tratamiento de materiales pétreos, su compromiso con la colaboración institucional a través de su trabajo con organismos nacionales e internacionales y la difusión del conocimiento a través de numerosas publicaciones especializadas y acciones formativas».

Asimismo, han señalado que su experiencia para el planteamiento metodológico de los trabajos y el establecimiento de criterios rigurosos de restauración «se ha puesto de manifiesto en actuaciones sobre bienes patrimoniales del máximo nivel de protección y reconocimiento como Patrimonio Mundial».

Entre ellos, el Ministerio de Cultura destaca «la dirección técnica de la intervención en el Pórtico de la Gloria en la Catedral de Santiago de Compostela y, en este último año, culminando una trayectoria excepcional, el asesoramiento técnico en la restauración de la Puerta de Alcalá de Madrid».

Por otro lado, el jurado ha resaltado «su trabajo que le ha hecho ser la representante española en las instituciones internacionales más prestigiosas en materia de patrimonio cultural, como son el Consejo de Europa y el ICCROM, siendo referencia en el campo de la restauración y, en concreto, de la arquitectura histórica. Este premio se suma a los galardones nacionales e internacionales que su trabajo ha merecido».

El premio reconoció en su pasada edición a Tomás Antelo, uniéndose a una amplia lista de galardonados, entre quienes se encuentran María de los Ángeles Querol Fernández, Ma Pía Timón Tiemblo, Araceli Pereda Alonso y José María Pérez ‘Peridis’, entre otros.

Ana Laborde Marqueze nació en San Sebastián en 1958 y es licenciada en Geografía e Historia, especialidad de Prehistoria y Arqueología, por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid (1978) especializada en proyectos de conservación de materiales pétreos.

Además, es titulada por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, especialidad de Arqueología (1981) y ha coordinado intervenciones en bienes de interés cultural, tanto en el ámbito de la arqueología como en el de la escultura en piedra y el patrimonio monumental.

En sus inicios profesionales trabajó en los yacimientos de Atapuerca, y fue pionera en la incorporación de los conservadores restauradores al trabajo de campo al impulsar su integración en los equipos de investigación.

Después, en 1986, se incorporó al Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Cultura como especialista en conservación y restauración de materiales arqueológicos y pétreos y desde entonces y hasta su reciente jubilación ha trabajado en intervenciones en monumentos como los monasterios de Santo Domingo de Silos y Santa María La Real de Nájera o las catedrales de Palma de Mallorca, Burgos, Sigüenza, Tudela, Toledo o Barcelona; de esculturas como Nuestra Señora de la Virgen Blanca de Vitoria o las del jardín del Museo Sorolla o realizado asesorías como la última para el proyecto de restauración de la Puerta de Alcalá de Madrid.

Pero sin duda, el proyecto que marcó un hito en su carrera fue la conservación y restauración del Pórtico de la Gloria en la Catedral de Santiago de Compostela, por la relevancia de esta obra y la dificultad técnica que suponía su recuperación con un equipo interdisciplinar.